
Los fondos con sello ASG (criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo) pueden representar el 57% del total de activos bajo gestión de los vehículos de inversión en Europa en tan solo cinco años. Es una de las principales conclusiones del estudio 'The Growth Opportunity of a Century', de la consultora PWC Luxemburgo, que ha entrevistado a 200 gestores, 300 inversores institucionales y más de 800 inversores minoristas europeos. Este porcentaje significaría que el volumen total de los fondos ASG pasara de los 1,6 billones que tenían el año pasado a 7,6 billones en 2025, lo que implicaría un crecimiento anualizado de casi el 29%.
Este es el mejor escenario que prevé la consultora, si se mantiene la tendencia en el lanzamiento de productos y el interés de los inversores, al calor del empuje de la regulación, y si la evolución de los mercados acompaña. Pero en su estimación más conservadora, el dato es igualmente relevante, puesto que considera un incremento anual de casi el 22% en el volumen de activos, hasta alcanzar los 5,5 billones de euros dentro de un lustro, que serían el 41% del patrimonial total de los fondos europeos.
Actualmente, los 4.741 fondos ASG ya representan el 12,3% de los 13 billones de patrimonio que manejan en total los fondos de inversión en Europa (con datos de 2019), repartidos entre productos. Un porcentaje que ya es relevante, puesto que acapara el 70% de los activos verdes en todo el mundo.
¿Cómo puede la industria europea alcanzar ese mejor escenario? Según PWC Luxemburgo, el impacto de la regulación va a impulsar el lanzamiento de nuevos fondos con el sello ASG, y no solamente con etiqueta verde, aparte de que muchos productos ya existentes adaptarán su estrategia para acogerse a esta denominación, en un entorno en el que las empresas, tanto en sus emisiones de deuda como en sus prácticas corporativas, se verán impelidas a aplicar los criterios de responsabilidad ambiental, sociales y de gobierno corporativo ante la demanda de los inversores, al igual que los gobiernos.
De hecho, los fondos de renta variable con sello ASG más que cuadruplicarán su volumen patrimonial en 2025, hasta alcanzar los 3,6 billones, lo que implica un crecimiento anual del 26,8%, mientras que los fondos de renta fija con esta denominación experimentarán un crecimiento mayor, del 30,4% anual, hasta superar los 1,6 billones de euros en cinco años. La consultora también destaca que la regulación de la Unión Europea presionará asimismo a otros países fuera del club comunitario, como Reino Unido (una vez que se consuma el 'Brexit'), Suiza y Noruega para alienar sus normas en materia de ASG en la industria de inversión.
De esta forma, los fondos con este sello dejarán de ser un reclamo publicitario para convertirse en la vanguardia de la industria de inversión, al calor de la regulación que ya está en marcha, como la aplicación completa de la taxonomía para las finanzas sostenibles (la verde ya ha sido aprobada y PWC prevé que en 2022 ya estén completadas las otras dos patas) y los programas de recuperación económica de la Unión Europea de los efectos de la pandemia, que pretenden impulsar las energías renovables y la lucha contra el cambio climático.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha asegurado recientemente que en la próxima revisión estratégica de la entidad podría incluirse el criterio ecológico en todos los programas de compra de bonos. Y en este entorno, en el que las compañías están cada vez más involucradas (más del 40% de las emisiones en bonos verdes se realiza en euros) y los inversores más concienciados, las gestoras afrontan el reto de adaptar su estrategia a corto plazo.
Flujos netos
Ya lo están haciendo. Casi todas las firmas, y no solo las de mayor tamaño, han creado departamentos específicos de ASG y en las firmas se plantea ya como una estrategia transversal, no solo para fondos específicos con este sello. Los flujos de dinero muestran que los inversores están premiando este tipo de fondos, incluso en los momentos más difíciles, y nadie quiere quedarse atrás. Según datos de Morningstar, durante el segundo trimestre de este año, los fondos ASG europeos acapararon casi un tercio de las suscripciones netas. Ya el año pasado, los flujos netos hacia estos productos representaron casi el 20% del patrimonio total de fondos de este clase, mientras que en los fondos sin este sello solo fueron el 3,8% de sus activos bajo gestión.
Este interés de los inversores se sustenta en la mejor rentabilidad que ofrecen los fondos que aplican criterios ASG. Según un estudio realizado por Morningstar, cerca de un 60% de estos productos obtuvieron mejor rentabilidad, durante los últimos diez años, que sus competidores equivalentes pero que no cuentan con este sello.