Las condiciones de financiación de España son inmejorables y no paran de mejorar, pese a ser uno de los epicentros de la segunda ola de contagios de la pandemia en la UE, a la incertidumbre política y a la mayor contracción de su economía por su dependencia del sector servicios, y especialmente del turismo -el segmento más golpeado por las restricciones de movilidad y de distanciamiento social-.
El interés que se exige en el mercado secundario al bono de referencia, a 10 años, cayó este martes al 0,14%, apenas 11 puntos básicos por encima del mínimo histórico del 15 de agosto de 2019. ¿Las razones? El programa récord de compras de deuda del BCE con el que dio respuesta a la crisis del Covid-19 -y la expectativa de que se extienda a partir de diciembre- y los fondos de recuperación de la UE -del de reconstrucción llegarán cerca de 26.000 millones en 2021-.

El mercado está tan intervenido, que los inversores, buscando islas de rentabilidad, han llevado el interés del bono a 50 años, que se queda fuera de las condiciones del programa de la institución monetaria -no compra vencimientos más largos de 30 ejercicios-, hasta el 1,174%, apenas a 4 puntos de su suelo histórico, el 1,13% del 11 de marzo.
Bajo la misma lógica, la prima de riesgo -el diferencial entre la referencia española y la alemana- está por debajo de los 70 puntos y el bono italiano, en el mínimo del 0,67%.
Un comportamiento que el pasado jueves usó para restarle importancia al BCE el propio secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos San Basilio, quien anunció la reducción del objetivo emisión neta de deuda en 15.000 millones de euros, de 130.000 a 115.000, gracias a los 10.000 millones con los que España contará ya este ejercicio del mecanismo europeo de préstamos Sure para la protección del empleo y al contexto de tipos de interés en mínimos.
Coste de financiación en mínimos
La institución adelantó que el coste de financiación de las nuevas emisiones en el mercado primario cerrará en torno al 0,23% en el que se sitúa actualmente pese al sobreendeudamiento de España, que se prevé que alcanzará hasta el 120% del PIB, por el fuerte incremento del gasto y el desplome de la actividad que supone la crisis.
Unas condiciones muy favorables que han llevado el coste medio de toda la deuda en circulación -más de 1,1 billones- al suelo del 1,93%.