
El clima de país del miedo generado por ciertas fuerzas políticas y medios de comunicación en España, al llevar hasta la hipérbole el riesgo de ocupación de viviendas, favorece el crecimiento del segmento de negocio de las alarmas de Prosegur, que en 2019 representó un 6,6% del total de sus ingresos, y que en los próximos años apunta a un peso mucho mayor que los analistas consideran que debería reflejarse en bolsa.
Las acciones de la empresas de seguridad pierden cerca de un 40% desde los máximos anuales que registraron el 6 de febrero, sobre los 3,9 euros, tras recuperar algo más de un 25%, hasta los 2,3 euros, desde el suelo de la pandemia, los 1,79 del 15 de mayo.
La oportunidad resalta porque el crecimiento de las alarmas no solo se espera en España. "Los más de 550.000 clientes de este tipo de Prosegur y su presencia en América Latina y en ciertas regiones de Asia sitúan a la compañía como una de las principales ganadoras de la expansión mundial del mercado de alarmas que se prevé hasta 2024", advierte Eshan Toorabally, experto del servicio de análisis de Bloomberg.
Según destaca, el crecimiento esperado es de un 3,8% anual a nivel mundial, "y Prosegur se encuentra en una posición ideal", continúa, y recuerda que "a principios de 2020, el mayor operador de telefonía de España, Telefónica, adquirió el 50% del negocio español de alarmas de la empresa por 305 millones de euros, todo pagado en acciones".
Una penetración muy baja
La clave está en que la penetración de las alarmas es todavía limitada, de menos del 10% en España, y de apenas el 22% en el país donde más extendido está este servicio, Estados Unidos.
Un 70% de los analistas que siguen la cotización de Prosegur recomienda comprar sus acciones. Este consenso las concede un 45% de potencial alcista.