
En la recta final de 2019 las expectativas levantadas por AMBAR, el fármaco contra el alzhéimer de Grifols y el desembarco en el mercado chino llevaron a la farmacéutica a cerrar el año en zona de máximos históricos y a firmar su mejor curso bursátil desde 2012.
Ante la perspectiva de que ambos proyectos llegaran a buen puerto los analistas elevaron entonces sus previsiones de margen ebitda hasta el 30% de cara a 2021, un objetivo que 9 meses después, con sus títulos corrigiendo un 27% y en medio de una pandemia que no tiene visos de solucionarse en el corto plazo, se ha retrasado en el calendario, hasta 2022.
La buena noticia, eso sí, es que la compañía logrará contener la caída de márgenes a sólo 1 punto respecto a las cuentas reportadas en 2019 y que estos se incrementarán dos puntos los dos próximos años hasta volver a rozar el 30%. Un porcentaje prácticamente en línea con las previsiones que el consenso de FactSet sostiene para sus comparables españolas Almirall y Faes Farma.
Pese al mordisco que el coronavirus ha pegado a los márgenes esperados a comienzos del ejercicio, su carácter defensivo, los bajos múltiplos que los que cotiza respecto a sus pares europeos y su relevante papel en la crisis sanitaria -progresa en la producción de inmunoglobulina hiperinmune y en la recolección de plasma de convalecientes para tratar a los pacientes de Covid-19- han hecho de Grifols sea una de la compañías en las que estar posicionado de cara a los próximos meses.
Prueba de ello es que la compañía, con un potencial alcista del 48%, haya vuelto a situarse una revisión más entre los valores que conforman el Eco10 -el índice de ideas de calidad que elabora elEconomista con la participación de 50 casas de análisis-, que su recomendación de compra no haga más que mejorar y el 70% de los expertos que estudian el comportamiento de la multinacional animan a entrar en su accionariado.
Entre ellos figura Barclays, que destaca que "gracias a la importancia de la rama de plasma sanguíneo, en la que Grifols está muy bien posicionada, esperan que los ingresos de la firma sigan aumentando en los próximos años". También recalcan todas las ventajas de las que se puede beneficiar la española y ponen en relieve "la posibilidad de un uso antes de lo esperado de su apalancamiento operativo, o que tengan éxito en sus ensayos clínicos para la expansión de su negocio de plasma.
Por otra parte, la firma anunciaba este martes que se hará con el control total de Alkahest, una biofarmacéutica dedicada a enfermedades neurodegenerativas y relacionadas con el proceso de envejecimiento. Una operación que desde Berenberg califican como "un programa de alto riesgo, aunque los indicios apuntan a que Alkahest está apuntando alto y si tan sólo uno de ellos vale la pena sería transformador para Grifols".