
En el evento de la Reserva Federal (Fed) de Jackson Hole de este año, que se celebra de forma telemática por primera vez en la historia, Jerome Powell, gobernador de la entidad, va a mostrar un esbozo de lo que serán las nuevas reglas sagradas de la Fed y, probablemente, de la política monetaria mundial.
La Fed estadounidense está acometiendo una revisión estratégica en la que se replantean los mecanismos que utiliza la entidad para alcanzar sus objetivos, una inspección en la que se mirarán los mismos cimientos del organismo y de la que parece que se tendrán primeras noticias este jueves: "La revisión del marco de la política monetaria" es el título del discurso con el que abrirá Powell el encuentro de Jackson Hole.
Las expectativas son cada vez mayores de que la Fed va a empezar a anunciar las conclusiones a las que ha llegado con esta revisión, que empezó ya en 2019 y precede la que también ha anunciado (y que ha tenido que retrasar por el Covid-19) el Banco Central Europeo.
A mediados de agosto desde Bloomberg destacaban cómo las expectativas de varios expertos apuntaban a septiembre, y también destacaban a que los mercados estaban empezando a esperar noticias frescas de Powell en este sentido.
"El incremento en las expectativas de inflación es en parte un indicador de que el mercado está empezando a descontar el cambio de la Fed", explicaba a la agencia Bill Merz, responsable de análisis de renta fija de US Bank Wealth. Y es que las expectativas de inflación, que se miden con el swap de inflación 5y5y (un contrato que mide lo que cobra el mercado por cubrirse de la inflación en cinco años, para los siguientes cinco años) han vuelto a recuperar el 2% en agosto, máximos de antes de la crisis del coronavirus.
Qué cambios se esperan
La revisión de la Fed no es ninguna sorpresa. Durante los últimos años muchos economistas han criticado las políticas de los bancos centrales y se ha hecho evidente la incapacidad de estos de conseguir alcanzar sus objetivos de inflación.
Tanto la Fed como el BCE lo tienen marcado en el entorno del 2%, y sin embargo no han conseguido que el IPC se mantenga por encima de estos niveles de forma consistente. Es más, la inflación media en Estados Unidos ha sido del 1,4% desde que se marcó el 2% como objetivo en el año 2012.
Una de las posibilidades que surgieron en el pasado y que, en el caso del BCE, los banqueros centrales se dieron prisa en descartar, fue la posibilidad de cambiar directamente el objetivo de inflación. Bajarlo pondría en cuestión la credibilidad de los bancos centrales, y la alternativa parece que será la de permitir que la inflación supere el 2%.
Según las normas de los bancos centrales, en los momentos en los que la inflación superaba este nivel se veían obligados a reducir los estímulos o a subir los tipos. Una de las teorías que avalan el nuevo planteamiento de un objetivo flexible es que permitiría a los bancos centrales mantener los estímulos con la inflación por encima del objetivo, lo que les ayudaría a apuntalar el incremento de los precios en una tasa el 2% en el medio plazo.
"Es posible que Powell lance un resumen general de lo que el Comité ha tenido en consideración durante el desarrollo de la revisión, y también las razones que les han llevado a ello", explica a Bloomberg Roberto Perli, un ex economista de la entidad estadounidense, y destaca cómo "también podría resumir lo que parece estar esperando el consenso: que permita que la inflación se vaya ligeramente por encima del objetivo, siempre con la idea en mente de que vuelva a estar en la media", indica.
Las conclusiones del trabajo que lleva haciendo la Fed durante más de año y medio (la revisión empezó en el inicio de 2019) no se conocerán en totalidad esta semana, pero sí dará muchas pistas sobre los cambios que planea la Fed, que, aunque no parezcan demasiado significativos, pueden tener un impacto enorme en los mercados, por la importancia que han alcanzado estas instituciones en las últimas décadas.