
En el mes de junio Siemens Gamesa anunció cambios en su directiva con el nombramiento de Andreas Nauen como nuevo consejero delegado de la compañía en sustitución de Markus Tacke, un cambio en la dirección que ha sido bien recibido por el mercado. Desde ese momento sus títulos escalan un 55% y en el año un 40%, lo que la ha llevado a máximos de 2008 y a dar la vuelta a una situación que había sido muy complicada desde 2017. Cerró la sesión bursátil de este miércoles en los 22,39 euros por título al ganar un 1,77%.
El mercado tiene esperanzas en que la compañía sea capaz de completar su proceso de reestructuración bajo la nueva dirección y recortar la distancia que le separa con el líder del mercado: Vestas. "Vemos que la transformación está ganando ritmo bajo la nueva dirección. La revisión del mercado indio, el nuevo plan para optimizar la fabricación global y el general para mejorar la rentabilidad deberían llegar en el Día del Inversor del 27 de agosto", explican en Citi.

Además, en el banco norteamericano destacan que "los comentarios de la nueva dirección de que ha revisado la cartera de pedidos sin nuevos problemas en los contratos son muy alentadores después de los contratos problemáticos que han asolado los beneficios este año".
Más allá de esto, otro punto clave para los analistas ha sido la presentación de una nueva turbina a finales de mayo, que debería darle una ventaja competitiva. "Es un cambio de juego y probablemente impulse los pedidos de la firma a partir del próximo año", indican en JP Morgan. En la entidad americana destacan que las aspas de la misma son un metro más largas que las de General Electric (el otro competidor con Vestas), que el peso de la góndola (que aloja los elementos mecánicos y eléctricos del aerogenerador) es menor y que ofrece una producción de electricidad un 25% mayor que su anterior modelo.
La fiebre de las renovables
En este contexto, la compañía se está beneficiando de la fiebre que se ha generado en torno a las renovables, con un negocio que a ojos de los analistas parece ganador. En JP Morgan creen que el negocio eólico marítimo (offshore) -Siemens Gamesa tiene una cuota del 65%- presenta unas perspectivas de crecimiento mucho mayor que el terrestre (onshore), que está ya mucho más maduro.