
Aunque el mundo de las materias primas es heterogéneo y cada recurso básico tiene unas fórmulas de oferta y de demanda propias que no tienen porqué moverse en el mismo sentido, el conjunto de materias primas con más volumen de negociación que cotizan en los mercados ha atravesado un semestre complicado.
A parte de un puñado de recursos básicos como la madera o el arroz, el precio de casi todos los demás se ha reducido por la expectativa de caída de demanda global que han descontado los mercados. Sin embargo, hay algunas excepciones, entre las que destaca la materia prima que acostumbra a dar alegrías a los inversores en los momentos más complicados: el oro.
El oro es bien conocido por los inversores como uno de los activos que mejor se comporta cuando llega la crisis. El dinero sale de los activos más pegados al ciclo y entra en el metal precioso, cuyo precio se incrementa debido a este aumento de la demanda.
Esto ha vuelto a ocurrir en el primer semestre de 2020: el precio del oro ha repuntado más de un 18% desde el primer día del año, despidiéndose del semestre por todo lo alto, al conseguir batir este martes los 1.800 dólares la onza por primera vez desde 2011, una muestra de que, aunque se haya producido una recuperación de los activos cíclicos, la percepción de que la situación sigue entrañando peligro continúa vigente entre los inversores.
También, la compra de oro por parte de bancos centrales y la relación que guarda el oro con los tipos de interés reales pueden estar teniendo algo que ver con las subidas que sigue experimentando el metal.
La OPEP, al rescate del crudo
El petróleo también ha sido protagonista en el semestre, pero por motivos distintos. La paralización del mundo y el miedo a una fuerte caída de la demanda por la crisis del coronavirus hizo que el barril europeo, el Brent, llegase a caer más de un 70% desde el primer día del año hasta el 21 de abril, cuando se tocaron mínimos por debajo de 20 dólares. Ese fue el día en el que el barril americano, por cuestiones técnicas de su mercado de futuros, llegó a costarle dinero a quienes lo hubiesen comprado.
Desde ese momento, gracias a un acuerdo de recorte de oferta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a la caída de la producción de forma natural en zonas como Estados Unidos, por los bajos precios, y a una mejora de las perspectivas de demanda, el barril ha recuperado una parte importante de lo que había perdido en precio: el Brent recupera un 113% desde mínimos, hasta el entorno de los 41 dólares, aunque sigue cayendo casi un 38% en el conjunto del ejercicio.