Bolsa, mercados y cotizaciones

La réplica del terromoto del Covid-19 equilibra la ecuación rentabilidad/riesgo

  • El miedo a un rebrote alimenta a los bajistas
  • El EuroStoxx 50 llega a estar a un 12% del suelo con un potencial del 9%

El miedo a un rebrote de la pandemia de coronavirus recorre los mercados, con las cifras de nuevos contagios en Pekín, en Japón, los alarmantes datos de Estados Unidos -en 20 Estados vuelven a repuntar los casos- o la incorregible pendiente de la curva en Sudamérica alimentando la tensión.

La incertidumbre crece y el dinero huye de la renta variable y acude a la deuda y otros activos refugio. Pero, eso sí, está lejos del pánico de marzo, y, estratégicamente, abre una oportunidad de comprar bolsa, al haberse establecido un clara ecuación rentabilidad/riesgo: con techo en los máximos del rebote de las últimas semanas y suelo en los mínimos de mayo. Una hoja de ruta que con las caídas vistas desde el jueves en el EuroStoxx 50, del 4,8%, o en el Ibex 35, del 5,3%, es cada vez más atractiva.

Cuanto más cerca de esos mínimos del pasado mes, que para el EuroStoxx 50 se encuentran actualmente a un 13,6% en los 2.710 puntos y para el Ibex 35 a un 11,5% en los 6.420 enteros, más aumenta la ocasión de entrar con garantías a las bolsas, que deberían retomar un rebote fundamentado en la senda de la recuperación económica que se había seguido en las últimas semanas.

El problema reside en que "los inversores comiencen a preguntarse abiertamente de nuevo: ¿fue solo una gran recuperación del mercado bajista?", observa James Athey, gestor de Aberdeen Standard Investments.

La mecha prendió el pasado miércoles, con las dudas mostradas por Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), sobre el ritmo de la recuperación y la alusión a consecuencias "duraderas". Una prudencia que hizo saltar la primera alarma de mercado con una pérdida de soportes que certificaba, según Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, el hecho de que los máximos alcanzados en mayo hayan sido un techo en el rebote y el comienzo un periodo correctivo.

"La evaluación del señor Powell sobre el impacto económico y la forma de la recuperación fue más sombría de lo que los mercados habían estado valorando", reconoce Esty Dwek, economista jefe de Natixis IM.

Este lunes, una lectura más contenida de la recuperación de la producción industrial en China dio otro argumento para descartar una vuelta a la normalidad en V, incluso en el gigante asiático. Las caídas sufridas, no obstante, pueden abrir una nueva oportunidad de compra para los inversores que se hayan perdido las ganancias del rally visto desde el suelo de marzo.

Pero encontrar el momento ideal depende de la agresividad y de tener en cuenta citas como el Consejo Europeo de este viernes, en el que se debate sobre el fondo de recuperación para la Unión Europea (UE), con el riesgo de que el norte y el sur revisiten sus diferencias y el plan salga con condicionantes muy exigentes para las países más débiles, más endeudados y con menor margen fiscal.

Si las tensiones y el desacuerdo vuelven a crecer entre los líderes europeos en este Consejo, no sorprendería un nuevo pico de volatilidad, como ya ha ocurrido en momentos puntuales en los últimos meses.

""Los países conocidos como los cuatro frugales (Holanda, Suecia, Austria y Dinamarca) esperan obtener ciertas concesiones y que parte de las subvenciones pasen a ser préstamos", explican desde BNY Mellon, y señalan cómo "el último giro en las negociaciones es que Irlanda y Bélgica han sugerido que podrían necesitar parte de ese dinero si finalmente el Brexit se salda sin acuerdo".

Oportunidad

En este escenario, la clave está en la ecuación rentabilidad/riesgo de la bolsa europea y el juego que puede darse entre unos mínimos que ya no serán los de marzo, sino los de mayo y un techo como hemos visto hace solo dos semanas.

"El EuroStoxx 50 se encuentra todavía a más de un 13,5% de caída de alcanzar ese suelo de mayo situado en los 2.710 puntos, mientras que el potencial de subida hasta la zona de los 3.400 puntos es de poco más de 8,4 puntos porcentuales", explica Cabrero.

Por lo tanto, esta ratio de riesgo/beneficio se está empezando a equilibrar y, aunque todavía no es atractiva para el inversor, si las caídas continúan, la balanza volverá a abrir una ventana de oportunidad.

"Por ahora, no creemos que éste sea el comienzo de un colapso como el de marzo, pero podría persistir una mayor volatilidad, por lo que nos hemos mantenido prudentes y seguimos creyendo que es demasiado pronto para volverse demasiado agresivos en las carteras", explica Esty Dwek, de Natixis IM.

La conclusión de la mayoría de expertos es que "el mercado necesitaba un respiro". La aceleración de la recuperación de las bolsas en las últimas semanas había ido demasiado lejos para el estadio real de la nueva normalidad, aun inicial, tras la crisis por la pandemia de coronavirus.

En las últimas semanas, la política ultra expansiva de los bancos centrales, los estímulos fiscales de los distintos gobiernos, la confianza en el rebote de la economía en 2021 y el liderazgo de las grandes compañías, principalmente las tecnológicas estadounidenses, habían favorecido la vertical subida de las bolsas, con el norteamericano Nasdaq 100 como liebre del resto de índices, pero lo del jueves fue el primer (e inevitable) susto de recaída.

Los 6 billones de dólares que aproximadamente suman los distintos programas de compras de las instituciones monetarias de todo el mundo -1,35 billones solo el QE de emergencia del Banco Central Europeo (BCE)- son la principal razón que justifica el contexto actual, pero las previsiones económicas muestran otra realidad que es sinónimo de volatilidad.

"Es prudente esperar que el guion de la pandemia tenga algunos giros más oscuros", reconoce Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics, en línea con la postura generalizada de que, aunque los mercados han sido tolerantes con las cifras catastróficas de abril y mayo, no lo serán tanto con las que se conozcan en el segundo semestre.

Si alejamos un poco el punto de mira y nos fijamos en lo que ha sucedido a lo largo del año, vemos cómo de nuevo, el único índice de entre los grandes del mundo que deja beneficios a los inversores desde el comienzo del ejercicio es el Nasdaq, que se ha erigido como un fortín en las caídas y un ariete en los rebotes.

No obstante, dentro de las referencias que dejan pérdidas en 2020, ha habido grandes diferencias. En Estados Unidos el S&P 500 cae menos de un 8%, semejante al descenso del Nikkei japonés y superior al del CSI 300 chino.

En el Viejo Continente también hay grandes diferencias entre los países del norte y los del sur. El selectivo alemán, por ejemplo, cae menos de un 11% desde el primero de enero, la mitad de lo que se ha dejado el Ftse Mib italiano y lejos también de los 25 puntos que ha perdido el Ibex, el indicador más bajista del continente en el periodo, y que vuelve a tener a varios valores cerca de mínimos del año.

Caída del petróleo

En el resto de los mercados, lo más destacado ha sido el apetito inversor por los activos más seguros como la deuda soberana, aunque eso no ha sido seguido por el oro, que pese a las caídas en bolsa y al ascenso de la volatilidad, este lunes cedió terreno hasta situarse en el entorno de los 1.700 dólares.

Asimismo, el petróleo sufre un nuevo descenso al dejarse cerca de un 3% y caer a mínimos de co-mienzos de mes, sobre los 37,8 dólares por barril de Brent. La subida de los inventarios y las dudas sobre la recuperación económica fueron las causas de la caída.

La volatilidad, en máximos del mes de abril

El fantasma de la volatilidad ha vuelto a sobrevolar los mercados al inicio de una semana en la que hay que recordar que hay vencimientos de derivados. En concreto, este viernes se da la llamada cuádruple hora bruja al vencer los futuros y las opciones trimestrales sobre acciones e índices, lo que suele elevar la volatilidad en las bolsas.

Esto solo ha acrecentado el miedo que vuelve a palparse entre los inversores y que ha llevado al índice Vix a repuntar en los últimos días desde los 27 puntos hasta los casi 42, que son niveles no vistos desde mediados de abril, cuando el S&P 500 perdió algo más de un 5% en solo dos sesiones. En Europa la volatilidad también se ha elevado hasta los 41 puntos hasta el lunes.

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