
Durante los últimos años la gran víctima de las políticas del Banco Central Europeo (BCE) ha sido el sector bancario. Los bajos tipos de interés y los elevados requerimientos de capital han presionado a la baja la rentabilidad de los bancos y en su última intervención la entidad ha querido echar una mano a las entidades de la eurozona.
Según los cálculos de los analistas de UBS, la decisión del Mecanismo Único de Supervisión de cambiar los requerimientos del pilar 2 de capital, la opción de usar de forma temporal los colchones de conservación de capital y contracíclicos -suponiendo que el resto de reguladores siga sus pasos- liberaría en torno a 240.000 millones de euros de capital para el sector. Esta cantidad serviría para absorber un incremento de 220 puntos básicos en las pérdidas por préstamos, cuando en la gran crisis financiera estas repuntaron en 350 puntos básicos.
Los analistas de Jefferies creen que estas medidas "dan margen adicional para absorber los vientos en contra a corto plazo si fuese necesario". Asimismo, el haber expandido "los límites de préstamos del TLTRO da una capacidad de préstamos adicionales de 1,2 billones". Sin embargo, los analistas advierten de que es necesario una acción de los gobiernos para que esto sea percibido como un movimiento relevante por el mercado.
"Aunque es positivo para la industria y está por encima de nuestras expectativas -y sospechamos que también de las de la dirección de los bancos-, advertimos de que por sí solo no vemos esto como un cambio de paradigma. La reacción que el mercado está buscando necesita venir de la parte fiscal", argumentan en Goldman. En esta misma línea, en Jefferies consideran que "sin que les sigan las medidas fiscales de los gobiernos para ayudar a las partes en más problemas de la economía, es probable que el mercado siga teniendo miedo sobre el impacto que pueda tener sobre las entidades y las pérdidas reales".
El mercado sigue golpeando
Así las cosas, la ayuda del BCE no ha servido para sostener la cotización de los bancos, que desde el día previo a la reunión de la entidad sufren un retroceso que roza el 25% y que ya caen más de un 50% desde los máximos del año. "Desde una perspectiva de un inversor en acciones de bancos, no vemos el paquete de medidas como una ayuda para el sentimiento sobre el sector. La esperanza de una limpieza del balance se está desvaneciendo rápidamente y, probablemente, estamos en el mismo círculo vicioso de baja rentabilidad, elevados préstamos dudosos y poca cobertura de los mismos por un periodo de tiempo aún más largo", comentan desde el equipo de análisis de JP Morgan.
En UBS calculan que el coste del capital de los bancos de la eurozona se ha disparado hasta la zona del 19% y en Europa hasta el 16%, por encima ya de los niveles que se vieron en la crisis de deuda periférica. Los bancos de la eurozona cotizan por su multiplicador de beneficio a 12 meses -a falta de que se ajusten las estimaciones- a 6 veces, el nivel más bajo de toda la historia. Mientras, en precio sobre su valor contable hacen lo propio, con una rebaja del 55%. "Están descontando pérdidas más altas de lo que es probable. No somos epidemiólogos, pero para nosotros la duración más que la profundidad de la crisis es la clave para el sector", indican en UBS.

Además, la rentabilidad de su deuda también se ha disparado, especialmente en la de menos calidad, con los Cocos perdiendo hasta un 10% por precio en el año en la sesión del viernes. "Los diferenciales se han abierto de manera significativa desde finales de febrero. En nuestro escenario central, vemos el pico de la epidemia en mayo y creemos que el impacto en la calidad de los activos y en el capital debe ser manejable. El de los Cocos es el que más se ha abierto y mucho más que el de otra deuda subordinada", indican en Unicredit.
Con la incertidumbre que sufren todos los actores del mercado ante la dificultad para estimar la duración y la intensidad del impacto que tendrá el coronavirus sobre la economía, los analistas ya han comenzando a calcular cuál puede ser el impacto sobre la banca de la eurozona. Según los cálculos de Bank of America, un escenario "plausible" sería que el 40% del beneficio antes de impuestos del sector estuviese en riesgo. "La clave será el impacto en el mundo real y cómo de bajos acaban siendo los tipos. Para una industria con un coste sobre ingresos del 65%, un golpe de 3% en el negocio supone un 9% del beneficio antes de provisiones. Y un aumento del 50% en estas mismas llevaría esta cifra al 40% de las ganancias", indican.