
La renta fija todavía atrae a los inversores, a pesar de las voces que llevan años alertando del escaso recorrido que le queda a este activo.
Aunque la rentabilidad de muchos bonos se encuentra en negativo, después del rally que han vivido durante tres décadas consecutivas, la demanda de bonos en este arranque de ejercicio, marcado por la expansión del coronavirus, ha provocado subidas de su precio en esa búsqueda de activos libres de riesgo como teóricamente son algunos tipos de bonos, como la deuda pública. En solo una semana, y según datos de Bank of America Merril Lynch (BofA) hasta el 12 de febrero, los fondos de renta fija han recibido suscripciones netas por valor de 23.600 millones de dólares (unos 21.700 millones de euros al cambio), casi el doble de las que consiguieron los fondos de renta variable en el mismo periodo (12.500 millones de dólares).
Por tipo de deuda, los fondos de inversión que invierten en bonos corporativos con grado de inversión han sido los que han recibido más dinero (13.400 millones de dólares), seguidos de aquellos que buscan oportunidades en los bonos con alta probabilidad de impago, conocidos como high yield, debido, desarrollan en BofA, a una menor incertidumbre por el COVID-19 (el nombre oficial de la enfermedad con epicentro en Wuhan, China). Este tipo de fondos logró flujos positivos por valor de 3.400 millones de dólares -las mayores entradas de las últimas 21 semanas-.
La rentabilidad de este activo, en cambio, es de solo el 0,48% desde que empezó el año por la subida de su precio, según los índices de Bloomberg y Barclays -el año pasado este tipo de deuda, a nivel global, ofreció rendimientos de más del 13%-. En 2020 es uno de los tipos de renta fija que menos se revaloriza por precio, ya que otras áreas sí que ofrecen retornos más atractivos. Según estas mismas cestas de índices, la renta fija corporativa ofrece rendimientos del 2,5% este ejercicio, la europea (donde se englobaría tanto la deuda que emiten las empresas como los gobiernos) brinda también más de un 2% desde enero, igual que la del Tesoro americano. Sirva como ejemplo de este último caso que la rentabilidad exigida al bono americano a diez años es 33 puntos inferior a la de diciembre, según datos de Bloomberg -se encuentra ahora en el 1,58%-.
Al margen de la deuda corporativa y del high yield, también hubo demanda de renta fija emergente, como en semanas anteriores, ya que los fondos de inversión que buscan oportunidades en estos mercados captaron otros 2.100 millones de dólares, según BofA.