Más de mil millones de personas en todo el mundo acaban de dar la bienvenida el Año Nuevo Chino, cuya celebración ha estado marcada por el brote de coronavirus que ha puesto en jaque a la población y provocado caídas en las bolsas y en el sector turístico por los miles de desplazamientos que se producen en esta fecha.
En este contexto de incertidumbre que recuerda a la pandemia de neumonía que entre 2002 y 2003 mató a cientos de personas, el país despidió el 25 de enero el Año del Cerdo y recibió al de la Rata de Metal. "Las inteligentes y adaptables ratas mantienen la cabeza fría incluso en situaciones inesperadas, mientras que el elemento metal puede considerarse un símbolo de las oportunidades financieras", explica Ann-Katrin Petersen, estratega de Allianz Global Investors.
La firma de la Fase 1 del pacto comercial, los estímulos monetarios y los indicadores que apuntan a la estabilización del crecimiento económico han supuesto una mejora en las perspectivas y los expertos creen que hay razones para pensar en el mercado chino como una fuente de crecimiento económico continuo y que el PIB en 2020 se mantenga en el entorno del 6%, dentro de la horquilla que el Gobierno de Xi Jinping tiene como objetivo.
"Incluso si las tensiones entre Washington y Pekín persisten, la fuerte inversión de China en la manufactura avanzada y las asociaciones regionales debería fortalecer su posición como potencia económica mundial en los próximos años", asegura Neil Dwane, estratega de la gestora francesa, quien considera que el Año de la Rata podría apuntar a otro periodo de crecimiento estratégico a largo plazo para China. "Creemos que muchas de las prioridades políticas de Pekín podrían beneficiar a los mercados locales, en concreto, a las acciones clase A chinas".
Una opinión que comparte Álvaro Antón Luna, reponsable de China de Aberdeen Standard Investments para Iberia, quien considera que "la inclusión de las acciones A en los índices de referencia mundiales ayudará a institucionalizar el mercado interno, mejorando los estándares de gobierno y actuando como viento de cola para la inversión extranjera en acciones chinas".
Con todo, los analistas advierten de la volatilidad por los posibles obstáculos económicos y políticos para un acuerdo comercial más amplio, las elecciones estadounidenses o el impacto económico de la crisis sanitaria. Un frente que ya se deja sentir en Shanghai y Shenzen, plazas que en el año caen un 2% (el viernes permanecieron cerradas por festivo).
"Los consumidores se inclinarán por quedarse en casa para evitar la exposición al virus, es probable que tenga un impacto negativo en la venta al por menor, los parques, restaurantes y cines que normalmente se beneficiarían del Año Nuevo Chino debido a la estacionalidad. Por el contrario, los pedidos on line, los alimentos envasados y los minoristas de alimentos deberían beneficiarse de un cambio en las preferencias de los consumidores para evitar los lugares públicos abarrotados", apunta Aneeka Gupta, directora de análisis en WisdomTree.
Superado el primer escollo de los aranceles y a la espera de saber las consecuencias de la neumonía, "olvidémonos del comercio, los consumidores chinos son la clave" aseguran desde Capital Group, y recuerdan que China alberga la mayor base de consumidores del mundo y que esta actividad aporta en torno al 60% del PIB.
Aunque Alibaba y Tencent son los principales nombres que vienen a la cabeza cuando se piensa en consumo chino, existen otras firmas en pleno crecimiento, como pueden ser Kweichow Moutai –la mayor compañía de bebidas alcohólicas del mundo por capitalización– los operadores aeroportuarios de Shanghái y el aeropuerto internacional de Cantón-Baiyun, que se están beneficiando de una fuerte demanda de viajes, así como empresas locales de alimentación, textil y minoristas que también se están afianzando.

Potencial oculto en deuda
El Banco Popular de China anunció el 1 de enero que reduciría el coeficiente de sus reservas obligatorias en 50 puntos básicos, contribuyendo a la liberación de financiación a largo plazo y de bajo coste para apoyar la importante emisión prevista de bonos especiales de las administraciones locales en enero y febrero de 2020.
Desde Eurizon Capital creen que el Año de la Rata podría esconder oportunidades en renta fija por la apertura del dragón asiático al capital extranjero y que podría dar lugar a que la cuota de inversores foráneos en el mercado de bonos en moneda local crezca y llegue hasta el 10-15% del total de bonos en yuanes. Esto supone unos 2 billones de dólares de entradas a medio plazo, según sus cálculos.
"Los bonos en yuanes ofrecen rentabilidades en línea con los emergentes, pero con riesgos similares a los de los mercados desarrollados y suelen registrar muy buen comportamiento en mercados complicados", señala Stephen Li Jen, CEO de Eurizon.