El inversor que decida apostar por Hitachi recuperaría su dinero en menos de cuatro años por la vía del beneficio, lo que le convierte en uno de los valores más interesantes del sector. Ahora acelera para no perder el tren del Internet de las Cosas. | Todo sobre el fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30.
El sol es fuente de vida y símbolo de los nuevos comienzos. Lo han pintado casi todos: Dalí, Monet, Derain, William Turner, Frida Kahlo y Van Gogh. Por estar, está representado hasta en la bandera de Japón; nación que, por cierto, significa literalmente el origen del sol y que es también conocida por el sobrenombre de país del sol naciente.
Un apelativo al que Namihei Odaira quiso rendir homenaje cuando fundó Hitachi, uno de los mayores conglomerados industriales del mundo, cuyo nombre, además de ser el de la ciudad en la que se estableció, se escribe con los mismos caracteres japoneses que los de la expresión sol naciente.
Hitachi es una de las últimas incorporaciones al fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30, fondo que acabó el año pasado con una rentabilidad del 20,3%. La empresa nipona fabrica desde maquinaria pesada y electrodomésticos a dispositivos médicos, ascensores y componentes de vehículos.
Por toda su actividad, el beneficio operativo (ebitda) crecerá un 32% entre 2018 y 2022, según el consenso de analistas de FactSet, y ya en 2020 se prevé que supere los 10.000 millones de euros por primera vez en su historia.

Si bien la compañía domina junto a Mitsubishi el negocio de la construcción de ascensores en Asia -un área esencial para la firma y en la que prefiere crecer de forma orgánica en lugar de por fusiones, apuntan desde Bloomberg-, y si bien su división de trenes consiguió en diciembre un contrato por 350 millones de libras (unos 412 millones de euros) para entregar 23 nuevos trenes al operador First-Trenitalia que cubrirán los trayectos entre Londres, el oeste de Inglaterra y el norte de Gales, lo cierto es que Hitachi quiere ponerse las pilas en el ámbito del Internet de las Cosas.
Uno de sus últimos avances en este sentido ha sido el diseño de una cámara estereoscópica, o 3D, con múltiples sensores y un radar que detectarían a distancia a los peatones en los cruces y activaría un sistema de freno en los automóviles para evitar accidentes fatales.
Los pasos agigantados de Hitachi para no quedarse rezagado le han llevado a finalizar hace unos días la compra de JR Automation Technologies, firma estadounidense de robótica, con clientela estable en los sectores de la aviación y la automoción en Norteamérica; y también a aunar su negocio de consultoría tecnológica, sistemas de datos e IT bajo el sello Vantara con el fin de convertirse en el líder mundial en la gestión y el almacenamiento de ingentes cantidades de datos -al tiempo que busca deshacerse de su división química-.
Pero, en cuanto a la cuestión de por qué invertir en Hitachi, su mayor atractivo es lo baratas que se compran sus ganancias. De hecho, es el grupo industrial con el multiplicador de beneficios que incluye la deuda (ev/ebitda) más bajo del mundo, con el permiso de la hongkonesa Citic: 3,8 veces frente a la media de 13 veces del sector, del que forman parte las empresas con un valor bursátil de más de 30.000 millones de euros, como Volvo, Airbus, Caterpillar, Siemens o General Electric.