
MásMóvil ha sido uno de los valores de moda de la bolsa española en los últimos años, sobre todo a raíz de su salto del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) al Continuo y de ahí al Ibex, firmando un hito histórico en el parqué.
Ya asentada en el selectivo nacional, se ha convertido en referencia de una historia de crecimiento que la ha llevado a ser la favorita de los analistas, que le conceden la mejor recomendación de todo el índice según el algoritmo de FactSet.
No obstante, las fuertes subidas en bolsa de 2018 fueron un lastre en 2019 y muchos expertos han apuntado a lo cara que cotizaba la acción como uno de los debes que han impedido a MásMóvil mejorar la evolución en el parqué del resto de las telecos. El año pasado sus acciones se anotaron algo más de 2 puntos porcentuales, en línea con el sectorial europeo en el que destaca, sobre todas las demás, Altice, la cual se ha revalorizado más de un 230%. La referencia en España, Telefónica, se ha dejado algo más de un 13% en el mismo periodo mientras que Orange y Vodafone han cedido un 7 y un 2%, respectivamente. Andrés Bolumburu, analista de Banco Sabadell, achaca este estancamiento "a los comentarios negativos sobre el futuro del sector y la competencia así como a los temores por la expansión nacional de Euskaltel".
No obstante, si ampliamos el foco que hay sobre MásMóvil hacia 2020, la compañía ya no cotiza con prima sino con descuento frente a la media de sus comparables por PER -veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción-. En concreto, con el beneficio previsto de 2019 se compraba con un multiplicador de 28,8 veces, un 52% por encima del promedio de las telecos de la eurozona mientras que de cara al este ejercicio esta ratio se reduce hasta las 13,7 veces, lo que implica un descuento del 17% contra sus comparables.
"A medida que vaya cumpliendo con el guidance en las próximas presentaciones de resultados, esto se debería reflejar en la acción", explica Juan Peña, analista de GVC Gaesco. No es tan positivo el bagaje de la empresa dirigida por Meinrad Spenger si atendemos a otro múltiplo como es el Ev/ebitda, el cual relaciona la capitalización de la compañía en bolsa, sumado a su deuda, con el ebitda (beneficios antes de intereses, amortizaciones, depreciaciones e impuestos) previsto que, en este sentido, todavía resulta en un prima del 12% frente al resto. "Es razonable por el perfil de crecimiento muy superior al del resto del sector y en la medida que mantenga el ritmo, la acción debería acompañar", arguye el analista de Banco Sabadell.
Todavía pesa sobre ella el mayor apalancamiento (unas 3,5 veces deuda/ebitda) de un sector cuya tendencia actual es la contraria, hacia un desendeudamiento, como han anticipado Telefónica y Orange. "Las ratios irán menguando, pero será por el incremento del ebitda, no por la bajada de la deuda", añade Peña. Por su parte, el experto de Banco Sabadell añade que "el apalancamiento también ha podido pesar sobre la acción, aunque este perfil venga dado por la recompra del bono de Providence y los movimientos para incrementar la red propia para ganar rentabilidad y caja a futuro".
Consolidación en la industria
Si hay dos palabras que se repiten dentro del sector de las telecomunicaciones europeo son competencia y consolidación. En esta industria, tan intensiva en capital, la fuerte competencia que hay en todos los mercados lastra los precios, por lo que un proceso de consolidación, mencionan los expertos, sería positivo para todos los actores. No obstante, el regulador se ha mostrado contrario a permitirlo hasta ahora, alejando los posibles tratos que se puedan hacer, como el de Vodafone y MásMóvil que citaron los medios en octubre.