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La emisión global de bonos 'verdes' supera con creces la barrera de los 200.000 millones de dólares hasta noviembre

  • Se prevé que a cierre de año alcancen los 250.000 millones de dólares
  • La rentabilidad de estos activos es similar a la de los convencionales
Bonos verdes.

En 2019 se han emitido, hasta la fecha, 228.600 millones de dólares (206.000 millones de euros) en bonos verdes en todo el mundo, según los datos de la Climate Bonds Initative (CBI). No ha sido una sorpresa: este organismo de referencia ya esperaba, y espera, que la cifra alcanzase los 250.000 millones de dólares a cierre de año.

En 2019, el mayor crecimiento en este tipo de emisiones se ha producido entre las empresas no financieras (es decir, las emisiones de bonos verdes corporativos se ha disparado), pero también entre los gobiernos (bonos soberanos). Así lo revelan los datos de la propia CBI y de Allianz GI, que han desglosado las emisiones hasta el pasado 13 de noviembre. Hasta esa fecha, organismos y empresas de todo el mundo habían emitido deuda verde por  215.000 millones de dólares en 2019.

Según explicó Julien Bras, cogestor del fondo Allianz Green Bond, en un encuentro con la prensa durante su visita a España con motivo de la Cumbre del Clima, "hace solo un año, el mercado no era lo suficientemente grande como para que este fondo invirtiese exclusivamente en bonos verdes; lo hacía en un mix, también en deuda social y sostenible; pero ahora sí es posible". Desde 2015, las emisiones se han quintuplicado (aquel año fueron de 44.000 millones de dólares).  

El dinero captado con un bono verde se destina a proyectos que generan beneficios medioambientales: por ejemplo, a financiar parques eólicos marinos (que generan energía sin emisiones contaminantes), como hizo el pasado febrero Iberdrola, que captó unos 800 millones de euros. Los bonos sociales, más habituales entre los organismos públicos, se destinan a sanidad, empleo...; y los sostenibles vienen a ser una mezcla de los dos anteriores. Iberdrola es el gran emisor de bonos verdes, no ya en España sino a nivel mundial: de su cartera de deuda, en torno a un tercio son bonos de este tipo y créditos sostenibles.  

La rentabilidad de este tipo de bonos, explicó Julien Bras, es similar a la de los convencionales. Lo que sí ofrecen es más estabilidad, ya que los inversores suelen permanecer hasta el vencimiento, lo que reduce su volatilidad. Por otro lado, Bras se refirió a la creación del estándar para bonos verdes que prepara la UE, que "impulsará su utilización por parte de las compañías industriales, ya que les ayudará a detectar qué actividades pueden financiar con ellos". 

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