
La intervención de la Fed para frenar el riesgo de iliquidez -al que Álex Fusté lleva meses apuntando como uno de los desafíos más relevantes- es clave para entender que el mercado se haya relajado y que el cierre de año parezca ahora más tranquilo. El economista jefe de Andbank todavía ve justificado un recorrido superior al 5% para el Ibex.
¿Estamos viviendo ya un rally de Navidad anticipado en bolsa? ¿Qué podemos esperar para el final de año?
Puede que tengamos un final de año tranquilo, no como el de 2018.
¿Que se repitiese un diciembre tan catastrófico como el de 2018 era una opción?
Era un escenario que tenía ciertas probabilidades y que sigue teniéndolas, aunque se han reducido mucho.
¿Qué tendría que pasar para volver a vivir algo así?
Que se produjese una crisis de liquidez en el mercado. Y en las dos últimas semanas, de hecho, hemos vivido una cierta crisis de liquidez en EEUU, de ahí que la Fed haya tenido que emplearse a fondo en el mercado de repos [deuda pública con pacto de recompra que pueden comprarse a cualquier plazo, incluso desde un día]. Ha sustituido las operaciones de mercado abierto por operaciones de compras de activos por 60.000 millones de dólares al mes, lo que significa que esa inyección de liquidez tiene ahora una naturaleza más permanente. La Reserva Federal ha tenido que intervenir, señal de que algo estaba roto. La liquidez lo es todo. Y hoy sigue dándose una circunstancia en el mercado de crédito corporativo que es delicada: ese mercado es el doble de grande que hace diez años pero la liquidez institucional disponible es 10 veces más pequeña. Por eso la Fed ha dado este giro de 180 grados en su balance, pasando de contracción a expansión, igual que hizo en 2009. Créeme, algo así no ocurre a no ser que las condiciones sean realmente delicadas.
Teniendo esto en cuenta, ¿qué probabilidades da a vivir un cierre de año tan terrible como el del año pasado?
Vista la anticipación y el compromiso de la Fed, creo que es un riesgo [el de que se produzca una crisis de liquidez] que va a controlar. Esa es una buena noticia. La otra es el modo risk on, la vuelta al apetito por el riesgo que hemos visto estas dos últimas semanas.
¿Qué factores apoyan ese apetito por el riesgo?
Entre otros, el acuerdo parcial por fases entre China y Estados Unidos, el hecho de que Europa haya evitado un Brexit duro y un populismo desbocado en Italia. Por otro lado, el precio del crudo está estable y en un punto cómodo para todos. Además, los datos de crecimiento que se están conociendo son mejores.
La Fed ha dejado ver que no tocará los tipos durante un largo periodo. El mercado, según recoge Bloomberg, no espera movimientos hasta la primavera de 2020 (lo que se espera es una nueva bajada). ¿Se cree usted que los tipos vayan a permanecer sin cambios?
Lo único que sé es que la Fed no tiene motivos para bajar los tipos. Pero también sé que, haga lo que haga, no supondrá un gran error, porque con un crecimiento moderado en el 1,9% [éste es el dato intertrimestral de crecimiento del PIB en EEUU] y una inflación en el 1,7%, puede bajar tipos y no pasaría nada. Sin embargo, yo creo que el próximo movimiento será de subida.
¿Y cuándo espera usted esa subida?
No creo que se produzca en la próxima reunión de la institución, ni en la siguiente. Quizá en la tercera.
Miremos hacia Europa. ¿Cree que Christine Lagarde conseguirá convencer a los líderes europeos de que tomen el relevo del BCE e implanten rebajas fiscales?
Creo que, presionada por sus compañeros, dirá que desde el frente monetario no puede hacer nada más y sí, creo que [los países] tendrán que hacerlo. El problema es que las bajadas de impuestos deberían venir acompañadas de reducciones del gasto y eso no va a ocurrir. Esto se traducirá en el deterioro de las cuentas públicas, lo que a su vez causará un déficit que se financiará con condiciones monetarias ultra laxas... y suma y sigue.
Me ha dicho que no viviremos un cataclismo como el de 2018 en este cierre de año. Pero ¿dónde ve a los índices –S&P 500, Ibex 35- a cierre de diciembre?
No hablaré del recorrido que les damos, sino de los niveles que, con los beneficios esperados para este año, consideramos que están justificados. En el S&P 500 podemos justificar hasta 3.100 puntos [lo que implica un recorrido inferior al 1%]; en el Ibex, el punto de salida serían los 9.890 puntos [hasta los que el índice español tiene una subida del 5,3%].