En un mundo sin retrocesiones (ya que el cobro de éstas se ha complicado mucho con la directiva Mifid II), y en un escenario totalmente adverso para su negocio, las entidades siguen rastreando nuevas fórmulas para arañar rentabilidad. Una alternativa a la que ya están recurriendo los distribuidores es el cobro de una comisión que denominan "de custodia" a aquellos clientes que contratan a través de sus plataformas fondos indexados de terceras firmas, según se recoge en el número de Inversión a Fondo -la revista digital de mercados de elEconomista- que se publicará este sábado.
Estos productos -que se limitan a replicar el comportamiento de índices- son los más baratos y los que menos margen dejan a las entidades que los venden. Y esta comisión, aunque se muestra de forma explícita, en ocasiones pasa desapercibida para el partícipe.
Un buen 'mordisco'
Su cuantía ronda entre el 0,2 y el 0,35%, lo que a efectos prácticos se traduce en que se come el 5,3% de la rentabilidad esperada para el próximo año: según los cálculos del BER -el Barómetro de Expectativas de Rentabilidad de elEconomista-, la expectativa de retorno para los productos que invierten el 100% en renta variable es del 5,15%. Esta nueva comisión, por otro lado, suele devengarse diariamente y cobrarse cada trimestre.
La aplicación de esta nueva tarifa tiene una consecuencia clara: el coste del indexado, que suele brillar por lo reducido, deja de ser tan bajo para el minorista. Por poner un ejemplo, si un producto de esta clase de renta variable norteamericana disponible para el inversor español cobra, de media, en torno a un 0,63%, un 0,27% adicional elevaría el gasto total al 0,90% (todavía estaría, eso sí, por debajo de la comisión de gestión de un fondo activo). Respecto a su denominación, más que de custodia, en realidad este coste es puramente de distribución, apuntan desde Fidelity International.
Es a los fondos indexados a los que -esgrimiendo que apenas dejan margen a quien los vende- inicialmente se ha empezado a aplicar este nuevo coste, pero esta comisión ya está llegando a todo tipo de productos de terceros, y no solo a los más baratos. Esto multiplica de forma exponencial su alcance, ya que en España el trozo de tarta que se llevan los indexados aún es pequeño.
Un negocio creciente
Antonia Conde, responsable de gestión de activos de Renta 4, explica que en la entidad aplican un 0,19% a los fondos indexados de terceros. Este coste ya ha caído desde antes del verano, cuando se situaba en el 0,25%; según explica Conde. Respecto a los motivos que han llevado a la firma a aplicar esta nueva comisión, la experta explica: "Inicialmente no se cobraba, pero a medida que esta parte del negocio ha ido creciendo nos hemos visto forzados a tomar medidas, ya que nuestros márgenes acababan cediendo".
Perea (Tressis): "Es razonable que, si se ofrecen fondos con un coste muy bajo, una entidad no quiera ponerlos en su plataforma"
Las entidades españolas han ido introduciendo este coste, pero con matices. En CaixaBank aplican una comisión de custodia del 0,75% a los clientes que contratan fondos de terceros, sean indexados o no, pero a cambio devuelven al inversor la retrocesión -esto reduciría la comisión, pero la entidad no especifica hasta dónde-. Por su parte, en BBVA el coste se sitúa en el entorno del 0,30 o el 0,35%.
Aplicar o no esta nueva tarifa a los productos low cost es algo que depende de las políticas de cada casa, explica Ignacio Perea, director de Inversiones de Tressis. "Nosotros consideramos que tenemos que ofrecer productos que dejen margen. Y me parece razonable que, en el caso de ofrecer fondos con un coste muy bajo, una entidad no quiera ponerlos en su plataforma, dado que ésta tiene un coste", añade.
Un punto de competencia
¿Se convertirá este coste en un factor de competencia entre unas entidades y otras? "Si se empieza a comunicar a los clientes de forma transparente, podría serlo", señala Antonia Conde. Ahora bien, añade, "hay límites que no puedes traspasar. Es preferible no ofrecer un producto que no te permite compensar los costes operativos de la plataforma, así como el riesgo y las responsabilidades que estás asumiendo; porque, en definitiva, estos fondos no implican menos trabajo para el distribuidor", añade.
Santiago Daniel, director de productos de inversión de Deutsche Bank España, reflexiona: "Al final, ¿cuál es la diferencia entre un fondo activo y uno de gestión pasiva? Desde la entidad tienes que ofrecer el mismo servicio, y los costes para ti son los mismos; sencillamente, el primero dice que con su gestión activa va a compensar los costes extra, mientras que el segundo se indexa. La cuestión es si te lo crees o no, y qué opción eliges. Pero lo que cambia entre uno y otro, en mi opinión, no es el producto sino el servicio".
Daniel llama, por otro lado, la atención sobre otra cuestión:"Lo que sería realmente necesario analizar es esa gestión llamada activa, y con comisiones muy altas, que en un 80 o 90% es indexada". Hay determinados fondos en los que habría que replantearse la conveniencia de pagar tanto por tan poco", reflexiona.