
Tuvieron que pasar 15 años desde el estreno de Titanic para que su director, James Cameron, reconociera que Jack (Leonardo DiCaprio) también cabía en la tabla que salvaría a Rose (Kate Winslet) después de que el transatlántico se fuera a pique. Una controversia que indignó al público y que el cineasta zanjó asegurando que no era una cuestión de tamaño, sino de flotabilidad.
Si trasladamos el símil al naufragio bursátil que sufren las telecos europeas en la última década, el inversor tiene más opciones de no ahogarse si se aferra al salvavidas de la industria estadounidense: más grande -AT&T y Verizon valen en bolsa tres veces más que Deutsche Telekom-, y boyante desde que hicieran bandera del crecimiento gracias al porcentaje de clientes que pagan por sus plataformas de televisión.
Y es que haciendo propio el refrán de "si no puedes con tu enemigo, únete a él", las americanas están ganando la batalla por apropiarse de los contenidos televisivos y no solo emitir para atraer y fidelizar a los suscriptores, mientras que sus comparables del Viejo Continente están a millas de tocar tierra y han de conformarse con no hundirse por su endeudamiento, la escasa concentración, el riesgo regulatorio y las altas necesidades de inversión. No en vano es el sector que más pierde en 2019 por detrás de los bancos, con un retroceso del 4%.
A pesar de que las caídas han dejado a algunos de estos valores europeos a precios de saldo y con atractivas rentabilidades por dividendo -es el caso de Telefónica y BTT Group-, por fundamentales las americanas también son las favoritas de los expertos.
Así, Comcast luce el mejor consejo de compra entre las grandes compañías del sector y pese a anotarse una subida anual superior al 26%, aún cuenta con margen para subir un 12% más.
AT&T es una de las opciones más baratas, ya que un inversor que apueste por el grupo audiovisual tardará 10 años en recuperar la inversión por la vía del beneficio frente a los 12 años que se necesitan, de media, en el sector. Y en cuanto a Verizon, no solo obtiene los mayores márgenes de toda la industria, sino que se espera que estos superen el 37% de cara a 2021.
Diversificación y consolidación
El impulso por la vía televisiva es uno de los factores que han contribuido a que la brecha entre las firmas americanas y europeas se haya elevado a casi 10 puntos en el último año. Mientras que el porcentaje de clientes que incluye este servicio en sus contratos supera el doble dígito en AT&T y Comcast, en los operadores europeos se situaba, con datos de 2018, en un 3% de media.
"Las europeas no han sabido captar el valor añadido que tiene esa potente red que ofrecen las media, pese a ser tener esa posición importante de mercado", señala Pablo García, analista de Divacons-Alphavalue.
La segunda causa ha sido el auge de las fusiones y adquisiciones del sector en EEUU. En 2018 Comcast -dueña de NBC y Universal Pictures- se impuso a 21st Century Fox y adquirió Sky, que a su vez tenía alianzas con HBO, Showtime y Warner Bros. En febrero se dio luz verde a la fusión entre AT&T con Time Warner (cuyos activos son las cadenas de televisión CNN y TNT, los canales HBO y TBS y los estudios Warner Bros. Y en julio, la Justicia dio el visto bueno a la compra de Sprint por parte de T-Mobile.
Un boom corporativo que ha elevado el apalancamiento a múltiplos similares a los de las europeas, y una inversión que aún tardará tiempo en dar sus frutos en la cuenta de resultados. Por ejemplo, en AT&T, "los nuevos servicios que utilizan contenido de WarnerMedia no contribuirán significativamente a los ingresos hasta 2021", estiman John Butler y Boyoung Kim, analistas de la industria en Bloomberg.
El 'streaming' no es la panacea
Pese a la amenaza competitiva que va en aumento con la proliferación de plataformas de vídeo online -un suculento pastel al que también acudió Disney y, esta semana, Apple-, el futuro se presenta menos terrorífico para las telecos si se tiene en cuenta el componente cíclico de estas firmas, que pese a tener más potencial de crecimiento, asumen más riesgo por las cifras de suscriptores.
"Si las cosas empiezan a ponerse feas por una recesión económica y el cliente empieza a tener mala visibilidad de empleo, lo primero que hará es eliminar estos servicios que son prescindibles, pero seguirá teniendo teléfono móvil y ADSL", recuerda García.
De hecho, los gigantes mediáticos estadounidenses han perdido en el último año suscriptores en sus canales de televisión por cable, pero ganaron nuevos usuarios para sus servicios de Internet de banda ancha, destacan desde New Street Research. Un área que en el caso de Comcast se está convirtiendo en el epicentro del negocio, según aseguró su CEO tras presentar sus últimas cuentas anuales.