
Se acabó el mirar a Portugal desde una posición de superioridad (económica) desde España. Al menos, los inversores así lo dictaminan, ya que por primera vez desde 2014 (según los datos de Bloomberg), al bono portugués con vencimiento a 30 años se le exige un interés menor que al español.
Después de muchos meses cerrando la brecha, las compras de deuda portuguesa han llevado a la referencia de más largo plazo del país vecino a caer a una rentabilidad del 1,115%, 0,1 puntos básicos por debajo de su homóloga española.
Esto no es otra cosa que la cristalización de que el mercado ya ve menos riesgo en la deuda portuguesa que en la nacional, aunque ambas obviamente están absolutamente correlacionadas entre ellas y con el resto de emisiones del Viejo Continente salvo las italianas, que están cotizando la incertidumbre política interna ante el posible adelanto electoral.
La recuperación económica en Portugal, unida a la reducción de déficit público y de la tasa de paro (se encuentra en niveles de 2004), ha tenido su reflejo en su prima de riesgo, que en poco más de dos años ha pasado de superar los 380 puntos a quedarse por debajo de 85 actualmente.
"Los motivos que están permitiendo a la economía portuguesa crecer de manera sólida son tanto internos como externos. Es innegable que los vientos externos favorables han ayudado mucho, sobre todo por el impacto en el sector del turismo, pero lo más destacable ha sido el mayor dinamismo de la actividad doméstica, que ha entrado en un potente circulo virtuoso", apunta João Pisco, del departamento de análisis de Bankinter.
Por su parte, en Oxford Economics resaltan: "La economía del país ha experimentado una reducción sustancial de los desequilibrios macroeconómicos. Ha pasado de un déficit contable del 10% durante la primera década de este milenio a un pequeño superávit en los últimos años. Además, la posición fiscal ha mejorado sustancialmente y se espera que el déficit fiscal haya caído al 0,6% en 2018, un nuevo mínimo histórico".
Ganancias del 14%
En lo que va de año, la deuda soberana europea sube de media un 8% y más de un 11% si sólo cogemos la de Alemania, Francia, España, Italia, Grecia, Portugal, Holanda y Reino Unido, por encima del 10% que se anota el EuroStoxx 50 en el mismo periodo. El papel portugués deja ganancias de más del 14% desde el primero de enero.
Lo cierto es que el bono a 30 años es una referencia menos habitual para calibrar la salud de las economías que el de 10 años. Sin embargo, la deuda a una década de ambos países también se han igualado en rendimiento, diferenciándose a comienzos de esta sesión en sólo un punto básico.
La tendencia de compras es general en los principales mercados del mundo merced al ascenso de la incertidumbre económica ante los avisos de desaceleración económica, el aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y más recientemente, el devenir político en Italia y Argentina.
Por todo esto, las caídas en renta variable y las perspectivas de más políticas expansivas por parte de los bancos centrales, los inversores están buscando refugio en renta renta fija y, teniendo en cuenta que la de países como Alemania o Francia ya están en negativo (a 10 años), las opciones periféricas resultan algo más atractivas.
"Hay mucha preocupación en torno a que los tipos negativos lleguen incluso a Estados Unidos", añade Mark Happenstall, director de inversiones de Penn Mutual Asset Management.