
Borja Prado podría tener los días contados como presidente de Mediaset. La dirección del grupo audiovisual le ha exigido que deje de interferir en la gestión de la compañía y limite sus funciones a una labor únicamente institucional, planteándose su salida en el caso de que sobrepase sus cometidos.
El objetivo es que realice la misma labor que llevó a cabo su antecesor en el cargo, Alejandro Echevarría. A solo un día de que se formalice la fusión entre la matriz italiana y la sociedad española en una nueva firma en Países Bajos, la tensión así entre Prado y los dos consejeros delegados, Alessandro Salem y Massimo Musolino, ha llegado así a un punto de ebullición.
Pocos días después del despido de Paolo Vasile como consejero delegado y en pleno vacío de poder, Borja Prado impulsó el pasado mes de noviembre un comunicado a la CNMV en el que aseguraba que iba a tener funciones ejecutivas, asumiendo "labores de apoyo y colaboración a la línea editorial de los programas informativos". Fue una nota que provocó un gran malestar en Italia, hasta el punto de que Pier Silvio Berlusconi, hijo de Silvio Berlusconi y vicepresidente ejecutivo de la compañía, se llegó a plantear su despido. "Ha perdido totalmente la confianza en él", aseguran las fuentes consultadas, que insisten en que, si no ha tomado una decisión ya, es debido al estado de salud de su padre, Silvio Berlusconi, que ha estado 44 días ingresado en el hospital a causa de una leucemia.
Relevo en la dirección
Este comunicado obligó a Alessandro Salem, uno de los dos consejeros delegados del grupo audiovisual, a rectificar públicamente en una entrevista con El País el pasado 14 de mayo. "El presidente de Mediaset España lleva magníficamente las relaciones institucionales", pero "los informativos son otra cosa", aseguró. Y por si había alguna duda, tras ser preguntado por a quién reportaba el jefe de los informativos, Juan Pedro Valentín, se mostró contundente. "A mí directamente. Es independiente. Confiamos en su profesionalidad y en la de todos los periodistas", dijo. Prado ha está intentando un viraje de Telecinco para alejarse de lo que él mismo denomina en círculos internos "telebasura", tratando de impulsar un contenido cada vez más político y una línea editorial de centro derecha. Tanto Salem como el otro consejero delegado, Massimo Musolino, que apuestan por el entretenimiento y la rentabilidad financiera, se han cansado de sus interferencias y así se lo han trasladado a los Berlusconi.
A la espera de los próximos movimientos en la parilla televisiva, Mediaset ha garantizado la contratación de nuevos programas de entretenimiento a La Fábrica de la Tele, la productora de Sálvame, que ha optado por aplazar el ERE sobre 150 personas que tenía previsto tras la suspensión del programa. De hecho, ahora ni siquiera se descarta que pueda seguir una versión más reducida de Sálvame junto a Ana Rosa Quintana.