
Nueva Zelanda no otorgará nuevas licencias para la exploración de petróleo y gas en alta mar, según ha destacado este jueves la primera ministra Jacinda Ardern, cogiendo por sorpresa al sector, que ha mostrado su enfado asegurando que el país se arriesga perder grandes inversiones y creación de empleo con esta polémica decisión.
El gobierno neozelandés de centroizquierda liderado por los laboristas ha asegurado que esta medida no afectaría los 22 permisos de exploración existentes en el país y cualquier descubrimiento de petróleo y gas por parte de las firmas que ya tiene licencia podría traducirse en permisos de explotación de hasta 40 años.
En la actualidad, Nueva Zelanda sólo produce 32.000 barriles de petróleo al día, sin embargo, los geólogos e ingenieros de la industria del petróleo y gas aseguran que el país esconde unas reservas importantes bajo el mar. Ahora, ese petróleo y gas quedarán enterrados para siempre.
Ardern, que en las ajustadas elecciones del año pasado basó parte de su campaña en la lucha contra el cambio climático, dijo que la decisión era un paso responsable que da seguridad a empresas y comunidades.
Dijimos 'no' a la nuclear
"Hemos sido líder mundial en asuntos críticos para la humanidad no teniendo nucleares (...) y ahora podríamos ser líderes mundiales reduciendo las emisiones de CO2", según ha asegurado ante estudiantes universitarios en la capital Wellington.
El interés en la exploración petrolera en Nueva Zelanda ha disminuido en los últimos años por el abaratamiento de los precios mundiales del petróleo, con solo una licencia concedida en 2017, frente a las 10 de 2014.
Sin embargo, líderes empresariales y regionales se mostraron sorprendidos con la decisión y dijeron que el Gobierno se arriesgaba a pérdidas de empleo en un sector de 1.800 millones de dólares.