
Los futuros del maíz han subido por encima de los 7 dólares el bushel -unidad de masa equivalente a 25 kilos aproximadamente- por primera vez en más de ocho años, ya que la escasez de lluvias en Brasil ha aumentado la preocupación por la oferta. Concretamente, el maíz ha subido este martes un 3,5% hasta situarse en los 7,0325 dólares el bushel en la Bolsa de Comercio de Chicago en una jornada en la que la soja y el trigo también han presentado alzas.
El repunte en los mercados de grano hizo que el principal comerciante de cultivos, Bunge, elevara este martes sus perspectivas de ganancias para 2021 hasta un 25% por encima de su pronóstico anterior. La empresa con sede en San Luis (Misuri), que registró unos beneficios en el primer trimestre del año que duplicaron las previsiones de los analistas, apuesta por una fuerte demanda de cultivos a medida que el mundo sale de la pandemia, China se hace con los suministros estadounidenses y la industria del diésel renovable se expande.
China ha estado comprando grandes cantidades de soja y maíz estadounidenses para reconstruir la mayor cabaña porcina del mundo. Eso está contribuyendo a elevar los precios en un momento en que el clima seco afecta a los rendimientos de las cosechas en Sudamérica y Europa.
Los vientos de cola también han impulsado a la rival de Bunge, Archer-Daniels-Midland, que la semana pasada informó de los mejores beneficios de su historia en su negocio tradicional de comercialización de cultivos. "Somos optimistas en cuanto a que el entorno favorable de la demanda en el primer trimestre continuará hasta 2021", asegura el director ejecutivo de Bunge, Greg Heckman.
La sequedad está afectando al maíz de segunda cosecha en Brasil, y las lluvias de la próxima semana no llegarán a algunas zonas clave de cultivo, según Somar. Esto podría perjudicar aún más los rendimientos, y analistas como Safras y StoneX Brasil han recortado las estimaciones para la próxima cosecha. Un déficit de producción en ese país agravaría la escasez de suministros de grano a nivel mundial y podría avivar la inflación de los alimentos.
"La situación es crítica en Brasil", avisa el asesor Agritel, con sede en París, en un informe. "Esto debería tensar aún más el balance mundial, mientras que EEUU tendrá que compensar en parte la caída de las exportaciones sudamericanas".