La Giralda, la Mezquita de Córdoba, la Catedral de Sevilla o la Seo de Zaragoza son algunos de los inmuebles emblemáticos que forman parte del listado de bienes que la Iglesia inmatriculó entre 1998 y 2015 y cuya titularidad puede ser ahora reclamada por particulares o administraciones. En concreto, la Iglesia pudo adjudicarse en este periodo de tiempo declarando simplemente que eran de su propiedad 34.961 activos que ahora se han dado a conocer por parte del Gobierno. Este listado presentado el martes por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ante el Consejo de Ministros permitirá analizar qué edificios se ha atribuido la Iglesia indebidamente.
En su momento, la congregación católica se amparó en una reforma de la Ley Hipotecaria que promovió el Partido Popular en 1998 durante el mandato de José María Aznar para llevar a cabo estos registros. Desde la Conferencia Episcopal Española (CEE) señalan que este sistema de inmatriculaciones venía a compensar los efectos de la desamortización de Mendizábal de 1836, que puso en marcha un proceso de expropiación forzosa a los bienes de la Iglesia Católica con el objetivo de alimentar las arcas públicas y la inhabilitó para registrarlos durante más de seis décadas.
Del total de los activos que aparecen en el registro que presentó Calvo, 20.014 son templos o dependencias complementarias y 14.947 son fincas con otros destinos diferentes al culto (terrenos, solares, viviendas, locales, etcétera), según se refleja en el informe.
Los especialistas en administrativo consultados por elEconomista creen que no habrá muchos casos en los que se pida revisar la inmatriculación y la posesión del bien. Así, consideran que a los ayuntamientos de muchos municipios no les compensa, en ningún caso, apropiarse de, por ejemplo, una ermita o una parroquia, que luego tendrán que mantener sin poder sacar ningún rendimiento económico. Caso distinto, consideran, es el de terrenos o edificios. Sin embargo, el Supremo ya ha estudiado varios de estos casos en los últimos años.
El listado que ha preparado el Gobierno también permitirá a las administraciones tributarias identificar qué inmuebles de la Iglesia deben hacer frente al pago de impuestos, ya que el acuerdo que se firmó con la Santa Sede en 1979 únicamente dejaba exentos a los activos que son destinados al culto. En este sentido, desde la asociación Europa Laica, sí que han echado números sobre los ahorros que ha tenido la Iglesia a lo largo de estos años gracias a las ventajas fiscales de las que han disfrutado hasta ahora y que según la asociación les ha permitido un ahorro anual de unos 2.000 millones de euros en impuestos, así como un beneficio de más de 300 millones de euros por los inmuebles inmatriculados a su nombre.
"Son muy pocos los bienes que son económicamente rentables para la Iglesia", dice la CEE
Desde la Conferencia Episcopal Española aseguran en un escrito que la Iglesia "ha inmatriculado los bienes que durante siglos el pueblo católico ha construido y confiado a la Iglesia para que esta pudiera realizar su labor: el anuncio del Evangelio, la celebración de la fe y el ejercicio de la caridad". Asimismo, precisa que ha inmatriculado también "otros bienes recibidos a través de legados y herencias, que han sido destinados, de un modo u otro a los mismos fines".
Para los obispos, la posibilidad que tuvieron hasta 2015 de inscribir a su nombre dichos bienes no es un privilegio porque "hasta 1998, no estaba prevista la inmatriculación de los templos destinados al culto católico, lo que colocaba a la Iglesia católica en una situación de clara desventaja jurídica", según recoge EP.
Bienes poco rentables
La CEE también expone que las distintas instituciones de la Iglesia son titulares de más de 3.000 bienes inmuebles declarados de interés cultural y que "son muy pocos los bienes que son económicamente rentables para la Iglesia, precisamente aquellos por los que se insiste hasta la saciedad, frente a otros que pasan de largo". "Sin embargo, tal y como demostró hace poco un informe de la auditora PWC, la puesta a disposición de la sociedad de dichos bienes reporta a la economía nacional más de 22.000 millones de euros al año (2% del PIB)", apostillan los obispos.
"Incluso aquellos pocos bienes que reportan recursos, como es el caso de la Mezquita-Catedral, los recursos obtenidos son aplicados a fines culturales (restauración de patrimonio) o a los fines propios de la Iglesia entre los que destaca la ayuda a proyectos sociales", añade la Conferencia Episcopal.