
Hoy en día podemos consultar nuestro saldo bancario directamente desde el teléfono móvil. No hace falta ni siquiera salir de casa, con descargarse la aplicación de la entidad es más que suficiente para ver nuestros últimos movimientos. Gracias a esta tecnología podemos tener un mayor control sobre nuestras finanzas aunque, eso sí, hay quienes continúan sin prestar la suficiente atención a su dinero.
Y es que una mala previsión puede costarnos varios cientos de euros en comisiones bancarias. Por ejemplo, imagina que una persona tiene 150 euros en su cuenta pero le llega una factura de 200: quedaría con 50 euros de saldo negativo, por lo que técnicamente estaría en números rojos. Entraríamos así en un descubierto bancario, algo por lo que la entidad podría cobrarnos varios tipos de comisiones e intereses de demora, ya que nos adelantará el dinero para hacer frente a los recibos.
En total es posible que el deudor acabe pagando más por el descubierto que por la cantidad que originalmente debía al banco, por eso es de vital importancia que preste especial atención a lo pactado en el contrato con la entidad, ya que podrá desautorizar a la entidad el cargo de recibos en descubierto (tanto en el momento de la firma como posteriormente), avisan las autoridades del Banco de España (BdE).
La comisión por descubierto
Las comisiones por descubierto se activan cuando el cliente debe más dinero del que tiene en cuenta, momento en el que la entidad se ve obligada a prestarle fondos para afrontar esos gastos. Se calcula sobre el mayor descubierto de todo el periodo de liquidación que haya tenido la persona: si alcanzó los 300 euros en un momento y luego bajó a 100, se aplica sobre los 300.
Así, en caso de que la cuenta entre en descubierto con saldo negativo, el banco podrá cobrar al afectado entre el 4% y el 5% de éste como comisión por descubierto, con un mínimo que puede variar entre los 15 y los 18 euros, según el portal HelpMyCash. Cabe añadir que esta comisión no puede adeudarse más de una vez aunque se generen varios descubiertos dentro de un mismo periodo de liquidación y que es incompatible con cualquier comisión de apertura o similar.
Después habrá que hacer frente a los intereses de demora por no pagar a tiempo, que se calculan en función de los días transcurridos desde que el cliente ha entrado en número rojos. El porcentaje adicional que se cobra suele ser de alrededor del 7,5% anual, lo que lo convierte en la comisión "más barata" de las tres.
Intereses de demora y comisión por reclamación
Por último están las comisiones por reclamación por descubierto, distintas de las primeras, que es lo que el banco cobra al deudor por las gestiones que realiza para intentar recuperar lo que te ha prestado para permitir el cobro de, por ejemplo, los recibos domiciliados. También conocido como comisión por reclamación de posiciones deudoras, se trata de un cargo fijo que oscila entre los 30 y 50 euros, dependiendo de la entidad.
Con todo, desde el BdE recuerdan que el banco deberá proporcionar al cliente todos los datos que necesite y solicite para poder comprobar que lo que paga se corresponde con lo que le reclaman. Asimismo, en el momento de producirse el descubierto, el banco está obligado a informar al deudor del periodo del que dispone para regularizar el saldo, teniendo que existir siempre un plazo mínimo y, en su caso, de la posible repercusión de los gastos por reclamación.