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Cobras menos de 22.000 euros y te sale a pagar en la declaración de la Renta: lo que nadie te cuenta

Una persona cumplimenta la declaración de la Renta | Foto: EP

Estamos prácticamente en la mitad de la campaña de la Renta. Queda tan solo un mes y medio (hasta el 30 de junio) para comparecer ante a Hacienda, aunque millones de españoles ya lo han hecho y han recibido en sus cuentas bancarias el importe que le debía la Agencia Tributaria, si les salía a devolver. Sin embargo, aquellos a los que les ha salido a pagar no estarán tan contentos. Pero antes de ponernos a hacer cuentas, lo primero es saber si estamos obligados a presentar la declaración: si nos sale a devolver la haremos sin dilación, aunque la duda viene cuando no llegamos al mínimo y, aún así, nos sale a pagar.

Antes de todo, haz el borrador

Recuerda que antes de presentar la declaración de la Renta de forma oficial o pedir a un gestor que te la haga, puedes rellenar el borrador que tiene habilitado la página web de Hacienda a tal efecto para comprobar qué va a pasar con nuestro dinero.

A grandes rasgos, la normativa establece que están obligados a presentar la declaración de la Renta todos aquellos contribuyentes que tengan un pagador e ingresos superiores a los 22.000 euros, así como los que tengan dos o más pagadores, supuesto en el que el límite baja a 15.000 euros. Por tanto, si haces el borrador pero no estás obligado a presentarla por no llegar al mínimo, no tendrás que hacerlo aunque te salga a pagar dado que la ley te exime de hacerlo.

Puedes presentarla y asumir el pago

Es habitual que la Renta salga a pagar si tus ingresos han tenido pocas retenciones durante el año, por ejemplo si el porcentaje de IRPF que te quitan de la nómina es muy reducido, aunque también dependerá de si obtienes otras ganancias por alquileres o tu situación personal, entre otros factores.

Aún así, en algunos casos podría ser hasta recomendable presentarla aunque el resultado sea a pagar y no estemos obligados a hacerlo. El bufete de de abogados EOM Equipo Jurídico establece que estaría bien hacerlo si:

  • Tienes deducciones aplicables en los próximos años, como la de vivienda habitual.
  • Prefieres evitar problemas con Hacienda en el futuro.
  • Quieres regularizar tu situación fiscal. Esto es recomendable para los que esperan recibir ingresos mayores en el futuro y entrar en el rango de declarantes obligatorios.
  • Tienes rentas extranjeras o inversiones complejas. Para asegurarte de que Hacienda tiene toda la información correcta.

Por el contrario, si decides no presentarla porque no estás obligado a hacerlo aunque te salga a pagar, no pasa nada, la Agencia Tributaria no puede exigirte el pago ni imponerte una sanción. Eso sí, asegúrate bien de que estás exento de pago, porque en caso contrario podrían multarte o enfrentar una investigación fiscal.

Lo que está claro es que cada situación debe analizarse individualmente para decidir cuál es la mejor opción desde el punto de vista fiscal. Lo ideal es consultar a un experto en derecho tributario para que estudie nuestro caso y nos aconseje de cara al futuro.

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