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Pillan a dos adolescentes con 5.000 hormigas encerradas en tubos de ensayo: o pagan 7.000 euros de multa cada uno o irán a prisión

Imagen de archivo de unas hormigas | Foto: alamy

Dos jóvenes han sido condenados a pagar una multa de casi 7.000 euros cada uno por tenencia ilícita de hormigas en su apartamento, donde acumulaban más de 5.000 ejemplares. El pasado 5 de abril fueron sorprendidos por las autoridades, que consideraron que podrían estar incurriendo en un delito de tráfico ilegal de animales teniendo en cuenta que se trataba de una especie muy cotizada en las operaciones comerciales.

Los descubrieron en abril

El pasado mes de abril Lornoy David y Seppe Lodewijckyx, ambos de 19 años y nacionalidad belga, fueron acusados de violar las leyes de conservación de la vida silvestre de Kenia, donde tenían 5.000 hormigas de la especie Messor Cephalotes (la hormiga recolectora más grande del mundo) en un apartamento "por diversión" sin ser conscientes de que podrían estar incurriendo en un delito. Cabe mencionar que las leyes keniatas son especialmente estrictas en lo que al tráfico ilegal de animales se refiere y que ellos habían entrado al país con un visado de turista.

Pero es que el modo de 'almacenar' las hormigas también levantó sospechas, dado que estaban empaquetadas en más de 2.200 tubos de ensayo rellenos con algodón para que pudieran sobrevivir durante varios meses y para evitar los controles de seguridad del aeropuerto, incluyendo los escáneres de rayos X, "lo que indica una operación de tráfico premeditada y bien ejecutada", señaló en su momento el Servicio de Vida Silvestre de Kenia.

Es por esto que las autoridades nunca creyeron que se tratase de una simple afición, sino que el destino de estos ejemplares eran los mercados europeos y asiáticos, donde están muy de moda entre los coleccionistas de especies silvestres menos conocidas. De hecho, en varios sitios web europeos 5.000 de estas hormigas están valoradas en más de 7.500 euros de media.

Otros dos condenados en un fallo aparte

Durante el juicio, la abogada de los adolescentes belgas reiteró que sus clientes no sabían que lo que hacían era ilegal y definió a David como un "entusiasta de las hormigas", tanto que formaba parte de un grupo de Facebook centrado en el cuidado de este insecto.

No obstante, las autoridades consideraron que "pretendían pasar de contrabando las hormigas a mercados de mascotas exóticas de algo valor en Europa y Asia, donde la demanda por especies poco comunes de insectos es alta".

Finalmente la jueza del caso los condenó a pagar una multa de un millón de chelines keniatas cada uno (unos 7.000 euros por cabeza), o en su defecto, a pasar un año en prisión. Asimismo, en un fallo separado, la magistrada impuso la misma sentencia para otros dos hombres de nacionalidad vietnamita y keniata acusados igualmente de tráfico de fauna salvaje por tenencia ilícita de 400 hormigas en un apartamento de Nairobi.

En conjunto, los 5.400 ejemplares de los cuatro condenados tenían un valor que superaba los 8.000 euros, una cifra más que considerable considerando la ingente cantidad de ejemplares que tenían y cómo los tenían conservados para que aguantaran vivos el máximo tiempo posible en condiciones que, de naturales, tenían poco.

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