
En los últimos meses la sostenibilidad del sistema de pensiones de España ha sido puesta en duda con relativa frecuencia, sobre todo ahora que estamos a punto de afrontar la jubilación de la generación baby boomer, una de las más numerosas y que conforma gran parte de la fuerza laboral de nuestro país. De hecho, bien podría decirse que se presenta como un gran desafío, dado que las generaciones posteriores no son, ni de lejos, tan cuantiosas, por lo que tendrán que realizar un mayor esfuerzo económico si se mantiene el sistema de prestaciones actual.
Para garantizar la sostenibilidad del sistema, el Gobierno puso en marcha en 2023 el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), un nuevo impuesto que sustituye al antiguo "Factor de Sostenibilidad" y cuyo objetivo es garantizar las pensiones del futuro. Está previsto que el importe de este tributo vaya subiendo progresivamente hasta 2029, cuando llegará al 1,2%, porcentaje que este año se situará en el 0,8% (un 0,67% corre a cargo de la empresa y un 0,13% lo paga el trabajador) del salario bruto.
Pero no es el único aspecto que crecerá progresivamente en los próximos años, también lo hará la edad de jubilación, que desde 2013 ha ido aumentando gradualmente desde los 65 años y 1 mes de entonces (para los que trabajaron menos 35 años y 3 meses o más) hasta los 67 años que se alcanzarán en 2027 para los que hayan trabajado menos de 38 años y seis meses.
La pirámide poblacional no invita al optimismo
El envejecimiento de la población, el aumento de la esperanza de vida y la baja natalidad conforman tres pilares fundamentales a tener en cuenta para el sistema de las pensiones. Actualmente hay menos nacimientos y las personas viven más años, lo que repercute no solo en el comportamiento de la sociedad sino también en el mercado laboral.
Observando la pirámide poblacional de España se aprecia a simple vista que estamos entrando en la jubilación de los primeros baby boomers, una avalancha de retiros que la hucha de las pensiones tendrá que afrontar seguramente sin contar con los recursos necesarios para ello, por lo que cada vez más personas recurren a planes de pensiones privados para complementar la que sería su pensión de jubilación pública.
Aumenta el tiempo a cotizar a la vez que la edad
En 2026 estaremos en el preludio de la edad máxima de jubilación, ya que a partir de 2027 se establecerá en 67 años por norma general para los que hayan cotizado menos de 38 años y seis meses, manteniéndose en 65 para los que hayan trabajado 38 años y seis meses o más.
Actualmente, en lo que a 2025 se refiere, la edad de jubilación se sitúa en 66 años y 8 meses para los que hayan trabajado menos de 38 años y tres meses. No obstante, de cara a 2026, correspondería jubilarse a los 66 años y 10 meses si hemos cotizado menos de 38 años y tres meses, según la tabla de cotización y jubilaciones emitida por la Seguridad Social.
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