
El denominado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), la herramienta que creó el Ministerio de Seguridad Social durante la pasada reforma de pensiones para afrontar la jubilación masiva de la generación del baby boom, lleva acumulada una recaudación de 4.800 millones de euros para la caja de las pensiones gracias a la subida de las cotizaciones sociales que pagan de forma repartida las empresas y el trabajador. Arañó 2.700 millones durante 2023 y lleva algo más 2.100 ingresados en los primeros siete meses del año según los datos de Ejecución Presupuestaria mensuales que publica la Seguridad Social.
La dinámica de empleo, más la subida del tipo aplicada en enero (del 0,5% al 0,6%) explica un incremento de los ingresos generados por el MEI del 45% hasta el séptimo mes del año. La hucha de las pensiones está en su nivel más elevado desde 2018, con más de 7.000 millones de euros.
Es una cuota finalista "aplicable en todos los regímenes y en todos los supuestos en los que se cotice por la contingencia de jubilación, que no será computable a efectos de prestaciones", según recoge el documento de Proyecciones de gasto público en pensiones contributivas del sistema de la Seguridad Social. ¿Esto en qué resulta? No beneficia al trabajador con un derecho adicional a prestaciones ni ofrece mejoras en la futura pensión, pese al esfuerzo adicional. Estos ingresos van directos al Fondo de Reserva, la famosa hucha de las pensiones que ha recibido dinero por primera vez en más de una década.
Este incremento del tipo de las cotizaciones sociales por contingencias comunes (las que financian, entre otros, la jubilación y las prestaciones contributivas) arrancó en enero de 2023. El antiguo encargado del área de las pensiones, José Luis Escrivá, encaminó la reforma de pensiones introduciendo lo que en un principio iba a ser una sobrecotización del 0,6% para todos los trabajadores –excepto los autónomos– que abonen cotizaciones en concepto de jubilación.
Durante la negociación el Gobierno terminó adoptando el concepto del MEI que idearon los sindicatos: esta cuota adicional subirá de forma progresiva hasta el 1,2% en 2032 y se mantendrá en ese nivel hasta mitad de siglo. Esta modificación, que se aprobó en marzo de 2023, terminó por convencer a la Comisión Europea, que está siendo quien revisa con luz y taquígrafos las diversas reformas estructurales que exigió a España a cambio de recibir parte de los fondos europeos Next Generation EU.
La puesta en vigor de esta cuota, cuando comenzó a gravar el 0,6% del salario, ya sorprendió a los trabajadores. Según lo establecido en la reforma, de nuevo subió en enero hasta el 0,7% del coste laboral de cada trabajador y pegó un nuevo pellizco en la primera nómina del ejercicio.
Esta cuota se reparte el 83% a cargo de la empresa y el 17% a cargo del trabajador, igual que el resto de las cotizaciones por contingencias comunes. De esta forma, la empresa abona el 0,58% y el empleado el 0,12%. De esta manera, el 28,3% del salario se va contingencias comunes, más otro 0,7% adicional que se usarán para pagar las pensiones del baby boom. El tipo aplicado por contingencias comunes es del 29%.
De este ahorro hasta mitad de siglo, el Gobierno de turno podrá disponer de hasta un máximo del 0,91% del PIB anual en la etapa de mayor tensión financiera por el retiro del baby boom, a finales de la década de 2040. Pero solo será a partir de 2033 cuando el Gobierno pueda usar esta hucha.

En una década la reforma permitirá al Gobierno de turno la opción de disponer de una cantidad anual del Fondo de Reserva para afrontar el pago de las pensiones. Previo acuerdo en Consejo de Ministros, la Seguridad Social podrá disponer desde un 0,1% del PIB para pagar pensiones en 2033, una cantidad que subirá progresivamente hasta casi un punto del PIB a finales de la década siguiente, en 2047.
Las previsiones del Gobierno apuntan a un trasvase de entre 120.000 y 130.000 millones de euros que irán destinados al Fondo de Reserva para afrontar el elevado gasto provocado por el proceso de envejecimiento de la población y la jubilación 'boomer'. Empezando por el presente año, Moncloa prevé que los ingresos generados por el MEI llenen la hucha hasta rondar los 9.000 millones. Si la Seguridad Social generara en las próximas décadas más ingresos que gastos, el superávit también iría a parar a esta hucha.