
La aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, propiedad de Meta, blinda su responsabilidad frente al uso ilegal que hagan los usuarios de la plataforma. La polémica toma auge después de que una conocida revista española anunciara hace dos semanas acciones legales contra la aplicación después de la circulación masiva de la publicación en formato pdf de un reportaje por vulneración de los derechos de propiedad intelectual.
Miguel Aznar, socio de Balder, firma de abogados enfocada en la propiedad industrial, señala que el caso no está exento de complicaciones, principalmente por la dificultad de rastrear el origen de la descarga del pdf, localizar a los usuarios que han hecho uso y divulgado su contenido o la confidencialidad de los contenidos enviados por la aplicación.
El abogado señala que la responsabilidad de WhatsApp sobre los actos de sus usuarios se ve muy limitada en las propias políticas de la aplicación. "La compañía ha establecido unas fuertes cláusulas de exclusión de responsabilidad, cuya legalidad o ilegalidad deberá ser valorada jurídicamente", señala Miguel Aznar.
No obstante, no descarta que la editora del medio pueda solicitar judicialmente Diligencias Preliminares del artículo 256, 7º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para obtener de WhatsApp los datos de los posibles infractores. "Aunque las cláusulas de exclusión indiquen que no están obligados a controlar la información de sus usuarios, no quiere decir que técnicamente no puedan hacerlo y, lo más importante, que no puedan ayudar a la persecución de estas infracciones", apunta el experto.
Por otro lado, Aznar también indica que las propias normas internas que rigen la aplicación de mensajería del grupo Meta señalan que el usuario no utilizará los servicios de la aplicación de forma que vulneren los derechos de terceros, incluidos los derechos de protección intelectual o industrial, así como los derechos de autor o de la propiedad.
La plataforma de mensajería instantánea deja así establecido que es el propio usuario quien debe velar por hacer un uso legal del servicio de chat y, por tanto, es el primer responsable tanto frente a WhatsApp como frente a terceros por la divulgación de contenidos infractores de la propiedad intelectual, como es el caso analizado.
El socio de Balder apunta además que las propias condiciones o políticas de uso de la compañía prevén, incluso una sanción a los usuarios que las infrinjan. "Es más, se prevé expresamente que los responsables de la aplicación pueden tomar medidas respecto de las cuentas de sus usuarios si vulneran de manera evidente, grave y repetida los derechos de propiedad intelectual o industrial de otros o si se nos exige por razones legales", concluye Miguel Aznar.