
La ministra de Justicia, Pilar Llop, ha recogido el XII Premio Gumersindo de Azcárate, que el Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y Bienes Muebles de España y el Decanato Autonómico de los Registradores de Madrid han concedido al Ministerio de Justicia, en reconocimiento a su papel nuclear en la promoción de la seguridad jurídica que consagra el artículo 9 de la Constitución Española.
Llop ha dado las gracias a los registradores y, en especial, a su decana, María Emilia Adán, y a la decana autonómica de los Registradores de Madrid, María Belén Merino, por este galardón, que reconoce a personas o entidades que promueven el Estado social y democrático de derecho, la paz, la convivencia y el progreso económico y social.
La ministra ha ensalzado la figura de Gumersindo de Azcárate como claro precursor del Estado social y democrático de derecho y, en línea con su actuación y valores, ha reivindicado una sociedad plural e inclusiva en la que se acepte la diversidad de ideas, creencias y opiniones. "Debemos preservar estos valores, que ya forman parte de nuestro sistema, y defenderlos de cualquier amenaza", ha añadido.
En línea con las ideas impulsadas por Gumersindo de Azcárate, la ministra ha aludido a la capacidad de diálogo como seña de identidad de un Gobierno que favorece la política de calidad.
Así, ha asegurado que tanto el Gobierno como el Ministerio que dirige entienden que una "acción pública capaz de canalizar las demandas sociales y de dar respuesta a las nuevas realidades, incluso anticiparlas, es sinónimo de una política respetuosa y cercana a las personas".
Llop se ha referido a medidas con las que "se mejora estructuralmente la organización de los órganos judiciales", como la creación de los Tribunales de Instancia o el impulso "a una más eficiente Oficina Judicial".
También ha mencionado las Oficinas de Justicia en los municipios, "un instrumento idóneo para reducir la brecha territorial, digital, generacional, de discapacidad o económica, acercando el servicio público de Justicia a la ciudadanía".
Asimismo, se ha referido a medidas que contemplan estas leyes para aumentar la eficiencia y celeridad en la tramitación de procedimientos judiciales, como la incorporación de los medios adecuados de solución de controversias, o la regulación de la transformación digital "que ya es una realidad que va a convertir nuestro servicio público en un referente de la modernización de España".
Los registradores miran al futuro
En su discurso, la decana María Emilia Adán ha destacado que la institución registral se encuentra "mirando al futuro, todos inmersos en una transformación digital, sin perder nunca de vista que a quien servimos es al ser humano, dejando al lado intereses corporativos, con espíritu crítico nos disponemos a superar los retos que los tiempos requieren".
Adán ha añadido que los registradores "esperamos seguir contando con un Ministerio que siga creyendo en nuestra capacidad para transformar la institución, con una Dirección general que nos escuche y exija.
La decana ha dicho que los registradores "ofrecemos lealtad, trabajo, y confianza en aquella Institución a la que nos encomendó la ley hipotecaria".
María Emilia Adán considera que el sistema registral es clave para combatir el blanqueo de capitales.
Un jurista con conciencia social
El Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España y el Decanato Autonómico de los Registradores de Madrid tienen instituido este premio para reconocer a las personas o entidades que promueven el Estado social y democrático de derecho y el desarrollo institucional y con ellos la paz, la convivencia y el progreso económico y social.
Gumersindo de Azcárate fue un ilustre catedrático, político, ideólogo, y uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza. En 1873, año del advenimiento de la Primera República, pasó a estar al frente de la Dirección de los Registros, Civil y de la Propiedad y del Notariado,
Fue Azcárate un pensador convencido de que la transformación de las leyes y de la política debía ir precedida de la evolución paulatina y progresiva del pensamiento moral y social. Él mismo dejó escrito que tres cosas son necesarias: libertad, leyes justas inspiradas en la libre opinión del pueblo y cumplimiento exacto y honrado de estas leyes.
Fue el impulsor de la Ley de 23 de julio de 1908, conocida como Ley Azcárate o Ley de Represión de la Usura, aún vigente en España. La idea fundamental de dicha norma era evitar las condiciones abusivas que los usureros imponían, y lograr una mayor protección del usuario.
Gumersindo de Azcárate hizo sus primeros estudios y los de bachillerato en León. En 1855 comienza en la Universidad de Oviedo los estudios de Derecho y en 1858 se traslada a la Universidad Central de Madrid, en la que se gradúa en 1862. En los tres años siguientes, sigue en Madrid los estudios de Filosofía y Letras, licenciándose en 1865.
Como uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza, sufrió el destierro en Cáceres en 1875, aunque al año siguiente se reconocía la libertad de enseñanza y fue reintegrado a su puesto en la universidad. También, ejerció como abogado durante 35 años. Además, fue elegido académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en 1891 y también lo fue de la Academia de Historia.
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