Inversion a Fondo

Cómo actuar ante el fin de la barra libre de los bancos centrales

Los primeros rumores sobre el final del QE en Europa ya han surgido y la renta fija ha reaccionado. Destacamos cómo debe moverse el inversor ante un posible desplome en los precios de la deuda.

El mes de octubre empezó con un susto importante para los inversores en renta fija: los medios se hicieron eco de las supuestas declaraciones de miembros del Banco Central Europeo (BCE) que apuntaban a que ya se había empezado a debatir sobre cómo desmantelar el programa de compras de deuda que mantiene vigente la entidad desde marzo de 2015, el llamado QE. Esta filtración fue suficiente para dar rienda suelta al temor de los inversores -la deuda alemana, por ejemplo, cayó en precio un 14 por ciento desde que se conoció la noticia hasta una semana después- que, con el apoyo del programa del BCE, han comprado renta fija hasta límites insospechados en su momento: las rentabilidades de decenas de bonos soberanos europeos han llegado a cotizar en negativo en 2016, una situación antinatural que ha llegado a provocar que quienes prestan su dinero a ciertos Estados paguen un interés por hacerlo.

A pesar de que Mario Draghi fue muy contundente en la reunión del BCE de octubre, posterior a la filtración, y trató de dejar bien claro que el Consejo de Gobierno de la entidad no ha planteado todavía esta posibilidad -de hecho, en la reunión de la institución del pasado 8 de diciembre, el economista italiano anunció la decisión de mantener sin cambios los tipos de interés en el 0% y que reducirá a partir de abril y hasta al menos diciembre del próximo año sus adquisiciones a 60.000 millones de euros al mes-, ya ha quedado clara la reacción de los inversores respecto al final de los estímulos, que, antes o después, llegarán en el Viejo Continente. Muchos analistas venían avisando de que la renta fija es ahora una burbuja, y la violenta reacción que tuvo en aquel momento subraya esta posibilidad. De hecho, las caídas han continuado en los precios, y desde esa fecha el Bund -el bono soberano alemán con vencimiento a 10 años- ha pasado de ofrecer un cupón del -0,05 por ciento al 0,279, un incremento de casi 32 puntos básicos en rentabilidad en apenas un mes y medio. Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis, cree que "el tapering del que se ha hablado estos días lo ha lanzado el propio BCE para provocar una caída de precios, ya que la situación actual no tiene sentido". En su caso, el experto destaca que se bajó del carro de la renta fija "cuando vi al Bund en negativo, ya que eso sólo tiene sentido si se entra en una situación de deflación, lo que ahora no es el caso".

Donald Trump también está en la ecuación

Europa logró dejar atrás el miedo a la deflación, al menos hasta ahora, ya que lo que está anticipando el mercado ahora es la vuelta de la inflación. El petróleo europeo volvió a contribuir al incremento de la cesta de precios el pasado mes de octubre, al cotizar por encima de los precios que mantuvo en el mismo mes del año anterior.

Este factor es importante, ya que el crudo barato lleva lastrando al IPC durante los últimos años, pero el último empujón para las expectativas de subida de precios ha llegado con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos: las medidas proteccionistas que defiende el polémico dirigente propiciarán que los precios suban, ya que cerrar puertas al comercio mundial reduce la competencia entre países, y hace que el consumidor tenga que acceder a productos locales, más caros que los que se puedan producir en otros lugares del planeta. Así, Trump y el contexto actual han hecho que el porcentaje de gestores de fondos de inversión que espera ahora un incremento en la inflación global para los próximos meses aumente hasta niveles no vistos en los últimos 12 años, desde 2004, según la encuesta que elabora Bank of America Merrill Lynch.

Un aumento de los precios viene acompañado de caídas en los precios de la renta fija, y subidas de rentabilidad, algo que desincentiva al inversor de este tipo de activos, teniendo en cuenta que la inflación se comería la escasa rentabilidad que estaban ofreciendo los bonos, ya que el poder adquisitivo es menor cuando el IPC crece. Esto hace que otros activos sean más atractivos, y se pueden producir ventas de bonos. David Ardura, gestor de Gesconsult, destaca sobre esto que "hoy no tiene sentido estar en bono alemán, ya que en la medida que tengas inflación va a haber problemas con la renta fija". De hecho, así se ha visto en EEUU. La elección de Trump y el hecho de que muchas de sus propuestas acarreen un aumento de la inflación ha provocado una oleada de ventas en los activos de renta fija nortemericanos, lo que ha disparado en un 12 por ciento la rentabilidad del T-Note -una subida de la rentabilidad supone una caída de precio- desde que el nuevo presidente fue elegido, con el consiguiente aumento de interés por parte de los inversores hacia los activos de renta variable. De ahí, por ejemplo, que índices como el Dow Jones, el Russell 2000 o el S&P500 coticen ahora en máximos históricos.

Esa preocupación sobre el aumento de la inflación se ha trasladado también a los mercados europeos generando, como mínimo, incertidumbre ante la sensación de que el final de los estímulos en Europa no debería ser muy lejano; Sergio Míguez, director de Relaciones Institucionales en EFPA España, explica que "el problema es que los mercados están intervenidos, por lo que no puede saberse qué pasará con los bonos y otros activos cuando ya no lo esté. Yo me siento más protegido invirtiendo en bolsa frente a la renta fija, y siempre con carácter global".

Qué opciones tiene el inversor

Esta explicación remarca cómo ha llegado el momento de prepararse ante el inicio del tapering, y los expertos dan pistas sobre qué hacer con las carteras. Algunos, como Fernando Luque, editor senior de Morningstar en España, consideran que hay que empezar a tomar medidas inmediatamente: "No me importa cuándo llegue el tapering, pero hay que prepararse desde hoy para un escenario de subida de tipos. Si alguien ha tenido la suerte de estar en renta fija estos años, yo pondría ya todo ese dinero en fondos monetarios".

Sergio Míguez detalla que una buena idea sería "reducir duraciones en las carteras, centrándose en renta fija a corto plazo, activos flotantes o ligados a la inflación, además de productos que tienen una gestión flexible o de retorno absoluto. En resumen, activos con poca sensibilidad a las políticas de tipos de interés".

La liquidez es otra opción a valorar, aunque de esa forma habría que lidiar con el timing, para volver en el momento adecuado al mercado. Fernando Luque lo explica al destacar que "hoy no hay activo en renta fija con valoraciones más o menos atractivas, por lo que se puede esperar al cambio del BCE en liquidez, aunque ello implique el riesgo de intentar seleccionar el momento de mercado para entrar".

Ignacio Rambaud, de Fidelity, cree que todavía habría que esperar un poco para tener una fotografía más detallada, y evitar salir antes de lo adecuado: "No se sabe cuándo llegará el tapering, pero yo esperaría hasta marzo para empezar a mover la cartera, ya que siempre se corre el peligro de adelantarse". Sobre los activos que es recomendable comprar, Rambaud explica que "una opción es entrar en fondos value, en bolsa, siempre que uno se pueda abstraer de la situación macro".

Alvargonzález, sin embargo, sí cree que "es el momento de ir modificando la cartera. Si inviertes a largo plazo, quizá sea mejor mantener que vender, pero sí se podría ir reduciendo la exposición a renta fija pública y mantenerla a la privada, porque en ese mercado el BCE sigue teniendo opciones de compras". No hay que olvidar que la entidad empezó a comprar deuda corporativa en junio de 2016, tras ampliar la cantidad de bonos que adquiría cada mes, de 60.000 a 80.000 millones de euros. Sobre el Bund, el experto destaca que "lo vendería cada vez que caiga a rentabilidad negativa, y compraría si sube al 1 por ciento" -su cupón se encuentra en el entorno del 0,3 por ciento-.

David Ardura también ofrece su opinión sobre esto, y explica que el momento en el que empiece el tapering "dependerá de la inflación, pero sí se puede decir que hemos empezado a ver el final del rally de la renta fja, como se ha visto durante el último mes y medio". El experto destaca la posibilidad de que estos activos sean ahora una burbuja: "Nunca se cree que se está en esta situación hasta que estalla; nosotros hemos modificado las carteras incluyendo bonos flotantes, duraciones cortas, e incluso posiciones cortas en el Bund, ya que creemos que sí es un buen momento para proteger nuestras carteras", afirma.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky