Internacional

Lo que el Brexit se llevó: los partidos británicos explotan entre dimisiones, fugas y rebeliones

  • Más de 200 diputados han roto la disciplina de voto en lo que va de año
  • Los líderes de los partidos son los más impopulares de la historia reciente
Un manifestante pro-Brexit acusa a May de "traición" frente a manifestantes anti-Brexit.Foto: Reuters.

Tras conocer que el Parlamento británico había vuelto a rechazar todos los planes para el Brexit, un diputado se levantó y pidió la palabra: "El Partido Conservador es incapaz de alcanzar compromisos. Por eso, no puedo seguir sentándome en sus filas". Al borde de las lágrimas, Nick Boles anunció así su renuncia a seguir siendo miembro de su partido y su paso al grupo mixto. Una situación así sería un momento decisivo en cualquier otra legislatura. Y sin embargo, el caos político en Reino Unido es tal que prácticamente nadie se inmutó, porque hace ya meses que los partidos están sufriendo una explosión a cámara lenta, gracias al Brexit.

Los datos son espectaculares. Según las cifras recopiladas por el think tank Institute for Government, en lo que va de año ya han abandonado sus respectivos partidos 13 diputados, números superiores a los de muchas legislaturas completas. Además, 11 de ellos -8 laboristas y tres conservadores- han decidido formar su propio partido, "Cambiemos el Reino Unido". Hace más de tres décadas desde la última vez que una escisión así ocurrió, en medio de la guerra interna del Partido Laborista tras la victoria de Margaret Thatcher.

Pero no solo los tránsfugas están detrás del caos. Los dos principales partidos han visto la disciplina de voto desaparecer. En total, 148 'tories' y 104 laboristas -prácticamente la mitad de dichos grupos- han votado en contra de las directrices de su partido al menos una vez en votaciones clave. Entre ellos, cuatro ministros y 10 cargos del Gobierno, así como 6 miembros de la dirección laborista.

Tanta es la división, que entre los dos grandes partidos han surgido corrientes internas con su propia dirección, disciplina de voto y reuniones paralelas. Los 'tories' tienen al Grupo de Investigación Europea (ERG), el ala más euroescéptica, con al menos 62 miembros. Sus líderes son Jacob Rees-Mogg y Steve Baker, que amenazó con "demoler [el Parlamento] y tirarlo al río" si se aprobaba el acuerdo del Brexit de Theresa May. Por su parte, el 'número dos' laborista, Tom Watson, que lidera una guerra soterrada contra su jefe, Jeremy Corbyn, ha organizado el Grupo del Futuro Británico, una organización de tintes socialdemócratas a la que se sumaron unos 80 diputados.

Y la consecuencia de todas estas divisiones y rebeliones es que May ha saltado al podio de la lista de primeros ministros con más derrotas de la historia. En total, ha perdido 26 votaciones, situándola en la segunda posición desde que hay registros. El oro, sin embargo, lo tiene en el margen de derrota: su acuerdo del Brexit fue rechazado en su primer intento por un margen de 230 votos, el más abultado jamás registrado en una votación propuesta por un Ejecutivo.

La responsabilidad del Brexit en este caos es fundamental. La semana pasada, el diputado y exfiscal general británico Dominic Grieve advirtió que "si nos convertimos en extremistas [pro-Brexit duro], el Partido Conservador no mercerá seguir existiendo". Al día siguiente, los militantes de su agrupación votaron a favor de retirar su candidatura como diputado para las próximas elecciones, en una sesión llena de gritos de "mentiroso" y "traidor" cada vez que Grieve advertía de los riesgos de una salida sin acuerdo de la UE.

Más allá del Brexit

Pero el Brexit no es lo único que ha fracturado a los partidos. Los laboristas han visto una catarata de dimisiones en medio de acusaciones de antisemitismo. Varios de sus diputados judíos han sufrido ataques por sus creencias, sin que se tomaran medidas de disciplina interna contra los responsables, y el propio líder de la oposición, Jeremy Corbyn, se ha visto envuelto en escándalos tras posar delante de murales antisemitas o asistir a funerales de algunos de los terroristas que asesinaron a 11 deportistas israelíes en los Juegos Olímpicos de 1972. Algunos miembros de los 'tories', por su parte, se han visto salpicados por casos de islamofobia, como los ataques que dirigieron al alcalde de Londres, el laborista Sadik Khan, entre otros.

El resultado es que las encuestas señalan que May y Corbyn son la pareja de líderes más impopulares que se recuerda. Según las últimas encuestas de Opinium, la aprobación de May ha caído a un -31% (55% rechazo, 24% apoyo) y la de Corbyn, a un -43% (61% rechazo, 18% apoyo). Pero ambos partidos siguen liderando las encuestas y el sistema electoral británico, de corte mayoritario, hace casi imposible que surja ninguna alternativa seria.

Así, Reino Unido asiste atónita a la ruptura total de las estructuras que han gobernado el país de forma continuada desde la década de 1930, sin que nada parezca ser capaz de sustituirlas. El principal riesgo es que caigan en la radicalización y los dos partidos acaben convirtiéndose en 'Brexiters' contra 'Europeístas'. Pero con una situación tan volátil, nadie es capaz de adivinar qué podría salir de unas elecciones anticipadas, si May decide tirar la toalla. El Reino Unido está sufriendo la crisis política más grave de su historia reciente, y es imposible saber cómo va a acabar.

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