Internacional

Trump, forzado a pactar para sostener el impulso económico

  • Los resultados se cobraron a su primera víctima: el fiscal general
Donald Trump, en la rueda de prensa en la que valoró los resultados. Foto: Reuters.
Nueva Yorkicon-related

"Espero que todos podamos trabajar juntos el próximo año" destacaba el presidente de EEUU, Donald Trump, al hacer balance de los resultados de la jornada electoral del martes que ha permitido que los demócratas recuperen la Cámara de Representantes, controlando al menos 220 escaños de los 435, y los republicanos mantengan el Senado, con al menos 51 bancadas. Lo que cambia la situación en el Capitolio, donde una división entre ambas Cámaras era algo que Trump todavía no había experimentado, como sí hicieron sus predecesores.

Consciente de la nueva situación en la Cámara de Representantes, el mandatario aprovechó su intervención para agradecer a la demócrata Nancy Pelosi, su próxima archienemiga y quien presidirá la Cámara Baja, su mensaje sobre la necesidad de mantener la unidad. Trump habló de un plan de inversión en infraestructuras e incluso de un proyecto de salud, pero fue claro al avisar que "el Gobierno se frenará ante cualquier investigación" por corrupción.

El inquilino de la Casa Blanca dejó entrever que no le temblará la mano en forzar un cierre del Gobierno a finales de este año o utilizar ases más arriesgados como elevar el límite de endeudamiento del país a partir de marzo o frenar un abrupto recorte de gasto público el próximo 1 de octubre. Es más, la jornada del miércoles se cobró su primera víctima en forma de renuncia. El fiscal general de EEUU, Jeff Sessions, dimitió, según informó Trump en Twitter. El exsenador republicano será reemplazado por Matthew Whitaker hasta que se nomine a un nuevo candidato. La relación entre Trump y Sessions se recrudeció en los últimos meses. Con su salida, el presidente podría intentar limitar o terminar la actual investigación sobre la posible relación entre la campaña presidencial de Trump y Rusia.

"Aumentan las perspectivas para un acuerdo de infraestructura bipartidista"

Por otra parte, es probable que el Congreso llegue a decisiones bipartidistas para elevar el apodado como "techo de la deuda" y retrasar un ajuste fiscal desordenado al arranque del próximo año fiscal 2020 el 1 de octubre. Sin embargo, la disciplina fiscal podría convertirse en un importante problema de cara a la reelección de Trump, lo que es un riesgo para la aprobación de proyectos de ley clave. La propia Pelosi se desmarcó del posible esfuerzo en ciernes de los demócratas para intentar un posible juicio político. "Dependerá de lo que ocurra con la investigación de Mueller, pero no es una iniciativa que unifique", recalcó. "Si eso ocurre debería ser una acción bipartidista y las pruebas deberían ser concluyentes", añadió.

"El liderazgo demócrata ha señalado que resistirá los intentos de algunos legisladores para iniciar un impeachment, ya que tales acciones distraerían la atención de las actividades legislativas bipartidistas y alienarían a los votantes de cara a 2020", concluye Dana Peterson, economista de Citi, quien recuerda que un proceso como este requeriría el apoyo del Senado, todavía en manos republicanas. Peterson incide en que a medida que la economía de EEUU sigue beneficiándose de la reforma tributaria "aumentan las perspectivas para un acuerdo de infraestructura bipartidista en los próximos dos años".

Precisamente, el líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, adelantó cuál será la próxima agenda de la Cámara Alta, donde no sólo se incluye un plan de inversión en infraestructura sino también "atajar los graves problemas del Obamacare con apoyo bipartidista". Tras varios intentos fallidos los republicanos ya no podrán revocar el plan de salud instaurado en 2010. Eso sí, advirtió a los demócratas de no iniciar "un acoso" presidencial. "Tanto Trump como los demócratas parecen apoyar un aumento en el gasto federal en infraestructura y un paquete bipartidista de recortes de impuestos para personas de bajos ingresos es otra posibilidad. Ambos tendrían el potencial de proporcionar un pequeño impulso adicional al crecimiento en los próximos dos años", señala Andrew Hunter, economista de Capital Economics en EEUU.

Aquellos que creen que la victoria demócrata en el Congreso frenará la retórica proteccionista del Gobierno no tendrán suerte. Según la economista de Citi, los demócratas pueden apoyar la dura postura comercial del presidente, dada la historia de escepticismo del partido hacia las políticas de libre comercio. Lo mismo opina Hunter, quien incide en que la hostilidad de los demócratas contra la globalización "puede fomentar un endurecimiento aún mayor". "El acuerdo comercial entre EEUU, México y Canadá seguramente será ratificado por el Congreso a principios del año que viene, pero ya no será tan sencillo como se esperaba", estima el economista de Capital Economics.

Junto con los aranceles comerciales, que penden de la Oficina del Representante Comercial de EEUU, las sanciones probablemente seguirán siendo herramientas clave en la política exterior de Trump que será difícil que los legisladores puedan intervenir o frenar. En el plano interno, la desregulación, la inmigración y la seguridad probablemente también seguirán siendo los principales enfoques para de la Casa Blanca durante los dos próximos años. Eso sí, en este sentido, los avances se prometen limitados.

El veredicto de Stiglitz

Aunque el premio Nobel de Economía (2001) Joseph Stiglitz no valoró el resultado de las elecciones, inició la conferencia que impartió el martes en Madrid en el Mastercard Innovation Forum con una referencia a ellas. Explicó que el éxito del populismo que encarna Donald Trump, pero que ha cuajado en otros países desarrollados o en Brasil, se explica en el aumento de las diferencias sociales que se vienen produciéndo desde la caída del Telón, informa Juan Ferrari.

Stiglitz, que declaró que Trump pone en riesgo los valores democráticos y desafía la reglas del sistema de globalización, argumentó con datos de EEUU, pero también de España, que en las últimas décadas ha aumentado el PIB en estos países, pero que la gran mayoría de los ciudadanos no se han beneficiado, rompiendo la economía de goteo; es decir, que aunque la riqueza se concentre inicialmente en algunos grupos, posteriormente va llegando al resto de las capas sociales.

La gran mayoría de la clase media de EEUU ha perdido calidad de vida en estos treinta años

Desde los noventa, el ingreso del 90% de los menos ricos ha sido plano. Por contra, el 1% de los más ricos consiguió unos ingresos exponenciales. Un fenómeno que se ha reproducido en España, "aunque no es de los países más desigualdades", apuntó.

Los ingresos del 0,1% del top salarial ha crecido desde 1990 un 320% en EEUU, un 1.000% en el caso de los altos ejectuvios, muy por encima de los aumentos de productividad. Sin embargo, el Salario Mínimo en EEUU es hoy el mismo que en los años sesenta, afirmó Stiglitz.

Como consecuencia, la gran mayoría de la clase media de EEUU, y de otros países, ha perdido calidad de vida en estos treinta años. "Solo hay que ver que en los mítines de campaña de Trump había mucha gente cabreada", dijo.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky