Los estadounidenses van este martes a las urnas para decidir quién ocupará los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 bancos del Senado. Además, 36 de los 50 estados del país elegirán a su gobernador. | Conozca todas las claves de las elecciones legislativas en EEUU.
Sin embargo, las primeras legislativas de la era Trump no son unas elecciones al uso. No solo por su coste, un récord de 5.200 millones de dólares, sino porque se perfilan como el referéndum a la gestión del inquilino de la Casa Blanca, quien desde hace dos años ha infligido una profunda división en el país.
"Hay un elemento de imprevisibilidad mayor a lo normal" manifiesta Paul Donovan, economista jefe para Estados Unidos de UBS. Desde su punto de vista, el elemento sorpresa de esta edición podría estar impulsado por las personas que normalmente no votan. "La motivación para acudir a las urnas es más alta de lo normal y existe el efecto Taylor Swift, que ha fomentado un aumento en el registro de votantes", explica.
Haciendo referencia a la popular cantante y su apoyo a la causa demócrata en Tennessee, así como la retahíla de rostros conocidos de Hollywood, Donovan apunta a la alta participación de estas legislativas, un elemento clave para determinar qué partido controlará alguna o ambas Cámaras del Capitolio.
De momento, el voto anticipado en Arizona, Delaware, Florida, Georgia, Idaho, Illinois, Indiana, Kansas, Luisiana, Maine, Maryland, Minnesota, Missouri, Mississippi, Montana, Carolina del Norte, Dakota del Norte, Nuevo México, Nevada, Oklahoma, South Carolina, Tennessee, Virginia, Wisconsin, Virginia Occidental y Washington, D.C. ya supera los niveles registrados en 2014.
En estos momentos, los republicanos confían en que mantendrán o ampliarán su hegemonía actual en la Cámara Alta, donde controlan 51 de los 100 escaños. Según indicaba The Wall Street Journal, los demócratas han reconocido ya en privado que sus titulares en Dakota del Norte, Indiana y Missouri corren el riesgo de perder la carrera electoral. El partido de la oposición ha limitado su exposición en Michigan, Pensilvania y Wisconsin, estados en los que Trump ganó en 2016, pero se muestra optimista a la hora de arrebatar escaños ocupados por los republicanos en Arizona y Nevada.
Sin embargo, el rumbo en la Cámara de Representantes es bien distinto. Las oportunidades de los republicanos de salvar su ventaja de 23 escaños se postula como una misión imposible dado que el partido de Trump da por perdidos al menos siete de los distritos que hasta ahora controlaba asumiendo ya que otros nueve en áreas suburbanas pasarán también a manos demócratas.
"Es probable que un Congreso dividido conduzca a un estancamiento legislativo, pero eso no necesariamente pesará en el crecimiento económico real", considera Paul Ashworth, economista jefe de Capital Economics.
Lo más probable es que las relaciones entre la administración Trump y el Congreso se deterioren rápidamente
Dicho bloqueo en el Capitolio podría plantearse como una botella medio llena o medio vacía. De esta forma, la Casa Blanca intentaría trabajar con los demócratas en la Cámara de Representantes y los conservadores en el Senado para intentar pasar nuevos recortes de impuestos a la clase media y trabajadora o impulsar un plan de inversión en infraestructura.
Aún así, dada la retórica y división generada por el gobierno estadounidense y sobre todo por su mandatario, lo más probable es que las relaciones entre la administración Trump y el Congreso se deterioren rápidamente, sobre todo a medida que los demócratas comiencen a incrementar sus investigaciones contra el presidente en busca de una posible destitución.
"No nos sorprendería si Trump utilizase un posible cierre del gobierno federal para tratar de obtener fondos para su muro con México", dice Ashworth, quien incide que una o dos semanas de bloqueo en la financiación de la administración central no supondrían "el fin del mundo". Sí generaría mucha más incertidumbre si el pulso entre los demócratas y el inquilino de la Casa Blanca frenasen la necesidad de elevar el techo de la deuda a mediados del próximo año.
Los demócratas también cuentan con una tendencia a su favor en las elecciones gubernamentales, donde prevén ganar, al menos, nueve de los 10 estados más poblados.
La gestión de Trump ha generado una profunda brecha social, cuyos efectos electorales son todavía una incógnita
En una economía que en el tercer trimestre creció un 3,5% tras avanzar un 4,2% entre abril y junio, que generó 250.000 empleos en octubre, donde la tasa de paro se asienta en el 3,7% y los salarios crecen a su mayor ritmo en una década, la gestión de Trump ha generado una profunda brecha social, cuyos efectos electorales son todavía una incógnita.
Al mismo tiempo, el azote arancelario iniciado por la Casa Blanca, que no sólo tasa ya la mitad de las importaciones chinas que entran en el país, sino que también grava el acero y el aluminio procedente de varios aliados, cuenta con efectos diversos entre distintas industrias, una situación que algunos esperan se reflejará en las urnas.