
El próximo martes, los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 bancos del Senado se someterán al escrutinio de los estadounidenses. Unas legislativas atípicas dado el enrarecido, a la par que tenso, clima político que vive el país y que algunos perfilan como un referéndum sobre la gestión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Entre las principales mesas de inversión, el escenario base, con más de un 65 por ciento de probabilidades de materializarse, contempla un Capitolio dividido donde los demócratas contarán con una hegemonía en el Congreso, si logran sumar 23 escaños más a los actuales, pero los republicanos mantendrán una mayoría simple en la Cámara Alta.
"No veremos muchos cambios", considera Alan Valdes, socio de SilverBear Capital, quien estima que la reacción inicial de la renta variable a una victoria demócrata en la Cámara Baja llegará acompañada de ventas sobre el parqué. "Van a intentar ralentizar la agenda de Trump", justifica mientras considera que, si los republicanos logran salvar ambas Cámaras, la respuesta cortoplacista llegaría acompañada de compras.
Desde el punto de vista del mercado, un Capitolio dividido implica que los legisladores republicanos y demócratas estarán condenados a entenderse, especialmente en temas fiscales, con la necesidad de extender la autoridad de gasto hasta el 30 de septiembre de 2019 y elevar el techo de la deuda del país, que podría tocar su límite entre marzo y agosto del próximo año.
Aún así, Michael Feroli, estratega de JPMorgan, incide en que el control demócrata de la Cámara de Representantes "no solo podría alterar el proceso de toma de decisiones del Gobierno de Trump sino que implicará el arranque de nuevas investigaciones contra el Ejecutivo". De todas formas, reconoce que un resultado como este no tendrá gran impacto en el mercado de renta fija ni en el bono americano. "Las implicaciones para el crecimiento, la inflación y la política de la Fed son insignificantes", aclara añadiendo que, en el caso del dólar, se podría experimentar un descuento ante la incertidumbre política y la ambigüedad relacionada con las cuestiones comerciales.
La probabilidad de que los demócratas ganen en el Congreso y los republicanos en el Senado es del 65%
Sin embargo, donde los expertos observan oportunidades dentro de la renta variable estadounidense ante un Capitolio dividido es en el sector farmacéutico. El comportamiento de los valores de esta industria descuenta una victoria demócrata en la Cámara de Representantes, lo que sugiere que los inversores creen que un Congreso dividido reduciría la probabilidad de cambios regulatorios importantes relacionados con el precio de los medicamentos. Algo que cambiaría totalmente si los demócratas lograsen ambas Cámaras, ya que el sistema de salud sería su principal prioridad.
Otro sector al que los estrategas ponen atención es el aeroespacial y defensa. "El desempeño de estas acciones sugiere que el mercado no espera un mayor ajuste de la política fiscal", señala Ben Snider, estratega de Goldman Sachs, quien destaca cómo la media de estos valores acumula una rentabilidad del 8 por ciento este año y supera al S&P 500 en 300 puntos básicos.
¿Y si vencen en ambas cámaras?
Dicho esto, una victoria inesperada en ambas cámaras, bien por el partido republicano o por el demócrata, afectaría las expectativas del mercado en lo que se refiere a política fiscal y regulatoria. "Bajo un control republicano, nuestros economistas esperan que una nueva rebaja fiscal pueda ser aprobada a través del proceso de reconciliación, mientras que una hegemonía demócrata podría generar dudas sobre la posibilidad de revertir la relajación regulatoria y la reforma tributaria, sobre todo con las elecciones presidenciales de 2020 en mente", aclara Snider.
En estos momentos, un control republicano en el Capitolio quedaría traducido en un rally inicial para la renta variable, especialmente para sectores que podrían beneficiarse de una segunda ronda de rebajas fiscales y la continua desregulación iniciada por la Administración Trump. En este caso, la rentabilidad del bono americano a 10 años, según los expertos, rompería la parte alta del rango más reciente. La perspectiva de una mayor relajación en las regulaciones y una expansión fiscal implicará a su vez un mayor esfuerzo por parte de la Fed para mantener la inflación en cintura, a través de más subidas de tipos de interés.
Los analistas creen que este escenario no tendrá gran impacto en renta fija, aunque podría caer el dólar
Este resultado probablemente también se interpretará como una validación de la agresiva estrategia de Trump en materia comercial, algo que pude traducirse en una nueva desincronización entre los mercados de renta variable estadounidenses y los del resto del mundo, con los últimos registrando un rendimiento inferior al de la bolsa americana. En lo que al dólar se refiere, el continuado aumento de los tipos y una curva más pronunciada junto con las tensiones comerciales, probablemente blindarán al billete verde, con la divisa ganando terreno frente al euro y el yen además de múltiples divisas emergentes.
Finalmente, si fueran los demócratas los que rompieran con las previsiones y se hicieran con el control de ambas Cámaras, la reacción implicaría una posible caída moderada en la bolsa americana y en la rentabilidad del bono americano a 10 años de hasta 10 puntos básicos, según apuntan algunos estrategas, devolviéndola así al 2,8 por ciento, donde se ha mantenido la media de los últimos seis meses.
Al mismo tiempo, una relajación forzada en la agenda comercial de Trump probablemente ayudaría a que los mercados de valores no estadounidenses y las divisas de mercados emergentes mejoren su rendimiento frente a sus respectivos activos estadounidenses.