A pocas horas de cumplirse el ultimatum de Washington para que China echase el cierre a su consulado general en Houston, Texas, el gobierno de Xi Jinping informó a la embajada de Estados Unidos sobre la decisión de retirar su consentimiento para el establecimiento y operación del consulado general del país en la ciudad china de Chengdu.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China justificó su decisión alegando que EEUU lanzó una provocación unilateral el 21 de julio al exigir abruptamente que China cerrara su consulado general en Houston.
"La medida estadounidense violó seriamente el derecho internacional, las normas básicas de las relaciones internacionales y los términos de la Convención Consular entre China y EEUU. Esto dañó gravemente las relaciones sino-estadounidenses", de acuerdo con el comunicado.
El texto explicó que "la medida adoptada por China es una respuesta legítima y necesaria ante el acto injustificado del gobierno estadounidense. La misma se ajusta al derecho internacional, las normas básicas de las relaciones internacionales y las prácticas diplomáticas consuetudinarias". "La situación actual de las relaciones entre China y EEUU no es la que China desearía ver y EEEUU es responsable por todo ello", añadió.
De esta forma, Pekín invitó a la administración del presidente de EEUU, Donald Trump, a retractarse de inmediato y establecer las condiciones necesarias para volver a enderezar la relación bilateral entre ambos países.
El consulado de Chengdu, que se inauguró en 1985, ha servido como una plaza clave de EEUU para seguir los acontecimientos en el Tíbet, donde los esfuerzos del Partido Comunista para reprimir la disidencia han sido durante mucho tiempo un foco de tensiones entre China y Occidente. Washington tiene una embajada en Pekín y consulados en otras cinco ciudades continentales, Shanghái, Guangzhou, Chengdu, Shenyang y Wuhan, además de otro en el territorio semiautónomo de Hong Kong.
Durante una conferencia telefónica mantenida el viernes con la prensa, funcionarios estadounidenses enfatizaron que el consulado de Houston facilitó actividades que ponen en riesgo la seguridad nacional del país. También indicaron que Washington había avisado previamente a altos funcionarios chinos sobre las acciones llevadas a cabo por esta misión diplomática.
Al mismo tiempo, un alto funcionario del Departamento de Justicia consideró que la naturaleza encubierta y coercitiva de las actividades chinas en el consulado de Houston, que según fuentes de inteligencia tuvo éxito en el robo de tecnología estadounidense, hizo que estas operaciones se transformasen en una amenaza para la seguridad nacional.
Por su parte, John Ullyot, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, señaló en un comunicado que el cierre del consulado de Houston estaba justificado después de años de actividad de espionaje. "Durante años, el Partido Comunista de China ha llevado a cabo un esfuerzo para robar tecnología y propiedad intelectual estadounidense para obtener beneficios comerciales, y muchas de estas actividades están dirigidas desde las instalaciones diplomáticas", reconoció.
Los cierres de los consulados de Chengdu y Houston ponen de manifiesto cómo las relaciones diplomáticas entre Trump y Xu han empeorado en los últimos años, a medida que China asume una papel más amplio en el escenario mundial y Washington intenta controlar su ascenso. El presidente de EEUU y sus asesores han intensificado los ataques contra el gigante asiático a medida que se acercan las elecciones de noviembre, acusando a Pekín de espiar, robar tecnología y ser los responsables de la pandemia del coronavirus.
EEUU ha acusado a China de ocultar el virus en sus primeras fases y de controlar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a su favor. Tanto es así que Trump anunció la salida de la OMS de su país, el más afectado con diferencia del mundo según las cifras oficiales, mientras que Pekín insiste en que avisaron a tiempo y que el descontrol del coronavirus en la nación norteamericana se debe precisamente a que ignoraron esas advertencias y a que gestionaron la emergencia sanitaria de forma deficiente.
El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, dijo el jueves que el consulado chino en Houston era un centro de espionaje para obtener secretos comerciales. "Esta semana cerramos el consulado de China en Houston porque era un centro de espionaje y robo de propiedad intelectual". En un discurso en California, Pompeo pidió a las "naciones libres" del mundo a triunfar sobre la amenaza de lo que consideró una "nueva tiranía" del gigante asiático.
EEUU ha sancionado en los últimos meses a once compañías chinas por abusos a las minorías musulmanas en la región noroccidental china de Xinjiang y, además, presentó cargos contra dos «hackers» chinos que supuestamente intentaban robar datos de la vacuna para la COVID-19 y secretos de tecnología militar.
Paralelamente, las autoridades estadounidenses han detenido a Xin Wang, Chen Song y Kai Jai Zhao, tres investigadores chinos por presunto fraude en su solicitud de visado. Juan Tang, que al parecer había buscando cobijo en el consulado de China en San Francisco, también se encuentra ya bajo custodia de las autoridades de EEUU por el mismo motivo. Los extranjeros, de ser declarados culpables, pueden encarar una pena de 10 años de prisión cada uno y una multa de 250.000 dólares.