
La tensión continúa aumentando a pasos acelerados entre Washington y Pekín. Tras la orden de cierre del consulado general chino en Houston, Texas, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, tenía previsto ofrecer el jueves un hiriente discurso donde se refirió al presidente chino, Xi Jinping como un"verdadero creyente en una ideología totalitaria en quiebra".
Lejos de intentar rebajar lo que muchos califican ya como una nueva Guerra Fría entre las dos mayores economías del mundo, Pompeo instó a los aliados de EEUU y a los propios ciudadanos chinos trabajar conjuntamente para forzar un cambio en el comportamiento del Partido Comunista.
Según el borrador de su proclama, al que tuvo acceso elEconomista, el jefe de la diplomacia estadounidense quiso recalcar como el Partido Comunista "teme a las opiniones honestas del pueblo chino más que a cualquier enemigo extranjero". Es por ello que defendió el papel de Washington para "involucrarse y empoderar" a los ciudadanos del gigante asiático.
Sus palabras en un evento celebrado en la Biblioteca Presidencial de Richard Nixon que llevó por título "la China comunista y el futuro del mundo libre" podrían avivar aún más la creciente brecha que va más allá del ámbito comercial o tecnológico y ahonda cada vez más en el terreno diplomático.
A la espera del cierre del consulado chino en Houston durante la jornada del viernes, como parte del revés estadounidense para poner freno a lo que define como una red de espionaje, la administración del presidente Donald Trump no descarta cerrar otras dependencias diplomáticas de China en suelo estadounidense.
De hecho, el consulado chino en San Francisco está ahora en el centro de todas las miradas ya que daría cobijo actualmente a una investigadora china después de haber ocultado al FBI sus vínculos con el ejército chino para obtener un visado, según un documento judicial presentado el 20 de julio.
Dicho documento indica que Tang Juan, una investigadora de la Universidad de California Davis (UC Davis), fue acusada el 26 de junio de fraude por hacer declaraciones falsas en su solicitud para un visado de no inmigrante J-1, que se concede a las personas que participan en programas de intercambio de visitantes basados en el trabajo y el estudio.
Tang declaró en su solicitud de visa que nunca sirvió en el ejército chino, oficialmente conocido como el Ejército Popular de Liberación. Sin embargo, el FBI considera que Tang había sido empleada como investigadora en la Universidad Médica Militar de la Fuerza Aérea.
Además de la guerra comercial, que todavía impone aranceles sobre más de la mitad de productos chinos que llegan a EEUU, o las sanciones a Huawei, las fricciones entre Trump y Xi escalan en otros ámbitos, como la gestión y origen de la pandemia, Hong Kong, la violación de los derechos humanos a la minoría uigur o los reclamos territoriales chinos en el Mar del Sur de China.
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