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China se hace un hueco clave en la reválida de Trump en la Casa Blanca

Foto: Archivo
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Desde que Donald Trump fue confirmado como presidente de Estados Unidos el pasado 20 de enero de 2017, su complicada relación con China ha servido de excusa para escudar muchos de los problemas estructurales del país. Su empeño por reducir la brecha comercial a golpe de arancel fue la punta de un iceberg que extiende su alcance al ámbito de la seguridad nacional, el dominio tecnológico, la influencia internacional y más recientemente tanto el origen como la gestión de la pandemia del Covid-19.

En ocasiones Trump no ha dudado en adular a su homólogo chino, Xi Jinping, para poco después demonizarlo en un juego que se aleja de la diplomacia convencional. Es por ello que las polémicas memorias de quien fuera ex asesor de Seguridad Nacional del republicano, John Bolton, brindan aún más detalles sobre los enredos del actual mandatario estadounidense y el presidente chino.

El libro, titulado The Room Where It Happened (La sala donde ocurrió), acusa a Trump de "rogarle" a Xi que le ayudara a ganar la reelección del próximo noviembre comprando productos agrícolas estadounidenses, lo que impulsaría al presidente estadounidense a fortalecer su posición en los estados agrícolas del Medio Oeste del país. De hecho, el propio mandatario no lo negó cuando Sean Hannity le preguntó sobre este asunto el miércoles por la noche en Fox News. Solo Robert Lighthizer, el representante comercial de EEUU, ha desmentido que dicha conversación fuera cierta.

Bolton destaca otro asunto relacionado con el país asiático en el que Trump ofreció a su homólogo relajar las sanciones sobre la compañía de telecomunicaciones china ZTE, condenada por evadir sanciones contra Irán y Corea del Norte. "Xi respondió que si se hiciera eso, le debía un favor a Trump y Trump respondió de inmediato que estaba haciendo esto por Xi", escribe quien también fuera embajador de EEUU ante Naciones Unidas durante el gobierno de George W. Bush.

Cabe recordar que, a instancias de Trump, el Departamento de Justicia impuso una multa de 1.000 millones de dólares y levantó una prohibición de siete años a ZTE para comprar productos estadounidenses, un acto de indulgencia que evitó que la empresa cerrara.

Un episodio más de lo que Bolton define como la voluntad del actual presidente de EEUU por intervenir en las investigaciones del Departamento de Justicia contra empresas extranjeras para "hacer favores personales a los dictadores de su agrado". Un caso similar también ocurrió con el banco turco Halkbank, una institución financiera estatal investigada un por evadir las sanciones estadounidenses contra Irán, y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Es por ello que el ex asesor de Seguridad de Nacional considera que Trump utiliza la obstrucción a la justicia "como una forma de vida".

La enredada relación entre Washington y Pekín

Los abruptos ataques de Trump contra China se han convertido en uno de los principales atractivos para su base de votantes. Es por ello que, pese a haber logrado la rúbrica de la Fase 1 del acuerdo comercial entre ambos países, su administración todavía tasa más de la mitad de los productos chinos que llegan al mercado estadounidense.

En dicho compromiso, alcanzado a comienzos de este año y que impidió una escalada aún mayor del pulso arancelario, China acordó expandir las compras de ciertos bienes y servicios estadounidenses por un total combinado de 200.000 millones de dólares durante 2020 y 2021 desde los niveles de 2017.

Según el Peterson Institute for International Economics (PIIE, por sus siglas en inglés), un think tank con sede en Washington, durante los primeros cuatro meses de 2020, las compras de todos los productos cubiertos por este acuerdo fueron de solo el 43% (exportaciones estadounidenses) de los sus objetivos fijados para este año.

"El acuerdo entre EEUU y China probablemente se mantenga por ahora, evitando la escalada arancelaria con el objetivo de obtener un aumento de importaciones chinas de productos clave en estados que apoyan al presidente Trump", explica Dana M. Peterson, economista de Citi, quien aún así duda que China pueda cumplir con la meta de lograr los 200.000 millones de dólares en dos años (77.000 millones en juego este año y 123.000 millones el próximo año) con la energía y la agricultura siendo las áreas más afectadas.

Mano dura con Pekín

Tanto el presidente Trump como el ex vicepresidente demócrata, Joe Biden, mantienen de cara al electorado una postura dura con respecto a las relaciones con China con las miras puestas en la elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre. La hegemonía del país asiático y sus ambiciones económicas, comerciales y de seguridad se postulan como uno de los pocos asuntos que genera cierto consenso bipartidista en el Capitolio.

El gobierno de Xi está aprovechando el clima actual como una oportunidad para obtener un mayor control sobre Hong Kong y Taiwán además de ampliar su influencia entre los mercados emergentes. Trump firmó el miércoles una ley avalada por el Congreso y el Senado para sancionar potencialmente a los funcionarios chinos por sus abusos a la minoría étnica de los uigures. Sin embargo, Bolton manifiesta en su libro que Trump le dijo a Xi que respaldaba la construcción de campamentos forzados para reeducar a esta minoría musulmana.

En las últimas semanas, la administración Trump ha intentado desviar la atención de los problemas domésticos culpando a China de la propagación del coronavirus y la consecuente recesión. El mandatario ha roto las relaciones de EEUU con la Organización Mundial de la Salud y retirará el estatus especial con el que cuenta Hong Kong tras la aprobación de una nueva ley de seguridad nacional por parte del Parlamento chino.

Además, haciéndose eco de los proyectos de ley que circulan en el Capitolio amenaza con excluir a las empresas chinas de las plazas bursátiles de EEUU. También ha disuadido a los fondos de jubilación de funcionarios públicos invertir en activos chinos o índices bursátiles que acojan compañías chinas.

EEUU puede llevar a cabo otras acciones no arancelarias contra China, como ampliar su lista negra de entidades chinas con empresas que violen derechos humanos o pongan en riesgo la seguridad nacional del país. Tampoco hay que olvidar cómo el veto a Huawei y sus afiliados amenaza el despliegue de las redes 5G de China durante el próximo año y disminuye el poder de la cadena de suministro de tecnología de Asia.

Al mismo tiempo, es probable que el coronavirus y las tensiones entre Washington y Pekín continúen acelerando la reorganización de las cadenas de suministro globales fuera de China. Con la pandemia, las multinacionales buscan diversificar y simplificar sus cadenas de suministro mientras algunos gobiernos plantean implementar políticas industriales para proteger los insumos sensibles con fines de seguridad nacional.

Más vale lo malo conocido

Según las entrevistas con múltiples funcionarios chinos llevadas a cabo por Bloomberg, existe cierto consenso en Pekín a la hora de apoyar la reelección de Trump frente al candidato demócrata, Joe Biden. La razón principal justifica que China se beneficiará así de la continua erosión de EEUU con sus aliados desde que el republicano ganase las elecciones en 2016.

Si bien es cierto que estos funcionarios reconocen que las tensiones entre ambos países aumentarán independientemente de quién ocupe la Casa Blanca, una victoria del ex vicepresidente demócrata significaría un regreso a las relaciones multilaterales que pongan una mayor presión conjunta sobre China mientras que Trump continuaría con la dinámica de los últimos años en la que se ha distanciado de los principales aliados de EEUU.

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Comentarios 4

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Papi
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Vaya chorrada. Otro que se quiere hacer rico a costa de los demás , escribiendo patrañas.

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#1
ricardo
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Puede pasar cualquier cosa hoy en día, Australia esta sufriendo el mayor Ciberataque de toda su Historia, los daños económicos y de otro tipo no serán pequeños incluido posiblemente bajas civiles, y China es el atacante como acaba de confirmar el primer ministro, los Chinos por cierto no lo niegan, es seguro que Australia tomara represalias.

Puntuación 10
#2
Chaver
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Menudo disparate de articulo, no hay por donde cogerlo ¿en serio alguien ha escrito esto o ha sido un mono con una maquina de escribir? En fin, para leer chorradas....

Puntuación -2
#3
Usuario validado en elEconomista.es
Ariñañara
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El CORONAVIRUS es un complot orquestado por Pekin para erosionar a Trump. Utilizaron a la OMS para convertir en 'pandemia' lo que era un virus del refriado que ya llevaba meses o años circulando.

Puntuación 4
#4