Internacional

Bernie Sanders tira la toalla y abandona la carrera presidencial de EEUU: Joe Biden se enfrentará a Trump

  • El partido le pedía que renunciara por la crisis del coronavirus
  • Biden podrá dar carpetazo a la lucha interna y centrarse en Trump

Se acabaron las primarias demócratas. Con la carrera matemáticamente perdida desde hace casi un mes, y con el sistema político estadounidense paralizado ante la crisis del coronavirus, el senador izquierdista Bernie Sanders se ha rendido a la evidencia y ha tirado la toalla para dejar el camino libre al favorito, el exvicepresidente Joe Biden. Sanders dijo que era una decisión "dura y difícil", pero que no tenía alternativa.

"Gracias por vuestros 10 millones de donaciones de 18 dólares de media, gracias a los estadounidenses que asistieron a mis mítines. Hemos demostrado que podemos crear una campaña que se enfrente a las organizaciones políticas corruptas. Hemos llevado al país un paso adelante en la eterna lucha contra la desigualdad económica, social y racial", dijo Sanders en su mensaje de renuncia. "Pero no puedo, en buena consciencia, seguir adelante con una campaña que no puedo ganar. Biden será el candidato, y juntos iremos a derrotar a Trump, el candidato más peligroso de la historia de EEUU".

El senador izquierdista había logrado crear un movimiento de cientos de miles de personas, especialmente jóvenes, pero a la hora de la verdad se encontró con un techo del 30% de los votos que no pudo superar. Votación tras votación, el número de militantes demócratas moderados superaba ampliamente a sus apoyos, y cuando los rivales de Biden se marcharon y el 'número dos' de Barack Obama quedó como el líder único del sector centrista, sus aplastantes victorias dejaron sin camino ya a Sanders.

Los datos eran muy claros: Biden tenía una ventaja de más de 300 delegados y unos 20 puntos en las encuestas de intención de voto en los estados que quedaban, haciendo imposible una remontada que ya de por sí tendría que haber sido histórica. Pero el hecho de que la mayoría de esos estados aplazaran sus votaciones hasta junio por la crisis amenazaba con dejar la carrera sin resolver oficialmente mucho más de lo esperado. En las últimas semanas, las presiones se habían multiplicado sobre Sanders para que renunciara ya y permitiera a Biden centrarse en atacar a Trump por sus errores por la gestión del coronavirus, en vez de mantenerle ocupado en hacer campaña para unas primarias que ya estaban resueltas en la práctica.

Sanders, sin embargo, se había resistido alegando que era necesario que los votantes demócratas tuvieran dos opciones en las votaciones restantes, aunque solo fuera por medir la fuerza de su apoyo. Esos delegados, además, irán a la convención nacional del partido a defender sus ideas en la confección del programa electoral. Pero el hecho de que el congreso tuviera que retrasarse dos meses por la crisis sanitaria, y que probablemente tenga que hacerse de forma telemática, para evitar el riesgo que supone tener a 4.000 personas en un centro de convenciones, le ha llevado a aceptar la realidad y rendirse esta semana. "Los delegados irán a la convención y seguiré en las papeletas en los estados que quedan, pero no haré campaña contra Biden", dijo.

Con este movimiento, el panorama electoral queda despejado: Biden se enfrentará al presidente, Donald Trump, en las elecciones de noviembre. Ahora el problema será atraer a gran parte de esos votantes jóvenes que fueron ilusionados a los brazos de Sanders y que ahora se ven frustrados. Muchos de sus seguidores llevan días denunciando una "conspiración" del establishment para derrotarle a base de concentrar el voto moderado en un solo candidato en vez de tenerlo disperso entre cinco o seis. Ese será el nuevo caballo de batalla de Biden: cada voto será decisivo si quiere ganar a Trump.

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