
A falta de 80 días para la fecha del Brexit, la falta de preparación del Reino Unido para una salida caótica está causando graves preocupaciones en el Gobierno y entre los transportistas del país. Según diversas estimaciones del Tesoro británico, la falta de agentes de aduanas y la escasa preparación de las empresas importadoras amenaza con colapsar la frontera con Francia en cuestión de dos o tres semanas tras el 'Día D'.
En un documento revelado el miércoles por la BBC, la Agencia Tributaria británica calcula que, en el "peor caso más razonable" -si hay una salida caótica y Francia cumple con sus obligaciones de imponer controles aduaneros a las exportaciones británicas- hasta 5.000 camiones podrían quedarse varados cada día en el lado inglés del Eurotúnel que une los puertos de Dover (Reino Unido) con Calais (Francia). Dover cuenta con espacio de aparcamientos para unos 6.000 camiones, por lo que el espacio podría colapsar en cuestión de días, y empezar a atascar las carreteras de la zona.
En los primeros momentos, Reino Unido no prevé imponer controles a las importaciones europeas, básicamente dejándoles pasar sin comprobar su contenido siempre que cumplan con los papeleos básicos. Así, las afectadas serían las exportaciones británicas, no las europeas, que seguirían entrando en Dover sin grandes obstáculos. El objetivo británico es evitar una escasez de alimentos o medicinas provenientes del continente que pudiera provocar un caos tras la salida.
El problema es que todos los camiones que entran en Inglaterra cargan productos británicos para llevar de vuelta al continente después, para rentabilizar el viaje de vuelta. Y los atascos en el carril de salida de Reino Unido podrían llevar a muchas empresas transportistas a tener que elegir entre perder días de tiempo en los atascos de Dover o todo el viaje de vuelta, regresando vacíos a Francia.
A eso se suma el hecho de que un 70% de las empresas que exportan a la UE todavía no se han registrado para recibir un Número de Identificación de Operador Económico (EORI, por sus siglas en inglés). Según los datos de la Agencia Tributaria británica, solo unos 70.000 exportadores han tramitado el primero de los pasos para poder seguir comerciando con el continente tras el Brexit, de un total de 240.000 empresas afectadas.
Las empresas que sí han tramitado el EORI suponen un 66% de las exportaciones totales
En respuesta, el Gobierno ha anunciado una inversión de 100 millones de libras, como parte de un bloque de 2.300 millones, para hacer una campaña informativa en los próximos meses, ante la falta de preparación. En el último mes, apenas 1.000 negocios más han tramitado este número, de los 170.000 restantes. El Tesoro añadió, para tranquilizar, que las empresas que sí han tramitado el papeleo suponen un 66% de las exportaciones totales.
Sin embargo, otro problema amenaza con paralizar el papeleo. Según Sky News, las estimaciones del Tesoro es que las declaraciones de exportaciones se multipliquen por cuatro, de 50 a 200 millones por año. Para gestionarlas apenas hay 2.000 agentes aduaneros, "apenas un 10% de lo necesario", según el Daily Telegraph, citando fuentes de la industria transportista.
La escasez de especialistas, en su mayoría ya trabajando para los gigantes comerciales, puede obligar a muchas pymes a tener que hacer los trámites ellas solas, un trabajo para el que muchas no están preparadas. Y la ayuda del Gobierno, según la asociación de transportistas británicos, asciende a 750 libras, equivalente a apenas "dos horas" de clases sobre cómo gestionar todos los trámites a los que tendrán que hacer frente.
Crisis a fuego lento
El riesgo es que cuando se empiecen a agotar los inventarios de alimentos, medicinas y materias primas industriales, en una o dos semanas, los atascos infinitos en las aduanas de Dover y Calais empiecen a hacer mella en Reino Unido, provocando escasez de bienes de primera necesidad y la paralización de grandes empresas, como las automotrices, que necesitan recibir materiales a tiempo. La industria farmacéutica cree que hasta un 20% de retrasos podría suponer una disrupción "importante" para la sociedad, según advirtió la BBC.
Con este panorama, la creciente posibilidad de que haya elecciones en noviembre toma un cariz distinto. Sería increíble ver a un primer ministro lanzarse a las urnas con escasez de alimentos y medicinas, colas gigantescas de camiones en las autopistas de Kent, industrias paralizadas por falta de materias primas y empresas exportadoras al borde de la quiebra. La respuesta, en menos de 80 días.