Internacional

Boris Johnson pone a prueba su popularidad y su minúscula mayoría en una elección clave en Gales

  • Los liberales son los favoritos para arrebatarle el escaño a los conservadores
  • La división del voto pro-Brexit puede ser decisiva

Quién dijo que iba a ser fácil. En su primera semana tras llegar al poder, el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, se enfrenta este jueves a su primera prueba de fuego: unas elecciones parciales en Gales, con un escaño clave en juego. Con su minúscula mayoría parlamentaria, de apenas dos escaños, una derrota puede poner en grave peligro la estabilidad de su recién inaugurado Gobierno. Y puede ser peor para él: los favoritos para ganar, los europeístas Liberal-Demócratas, aspiran a convertirse en su pesadilla a nivel nacional gracias a la inyección de moral que puede significar su victoria.

El foco está puesto en Brecon y Radnorshire, dos municipios en el condado de Powys, al este de Gales, que eligen un diputado conjunto. Normalmente, este territorio rural atrae a visitantes por sus dos atractivos: sus grandes campos y el pico de Pen y Fan, de 886 metros de altura, en el Parque Nacional de Brecon. Pero esta semana los turistas han sido reemplazados por periodistas y activistas políticos, que se han abalanzado sobre el condado en la elección más importante en este lado del reino en décadas.

Hace apenas un mes, un 10% de los votantes locales -el doble de los necesarios- firmaron una petición para echar a su diputado, el conservador Chris Davies, tras ser condenado por falsificar sus facturas de gastos parlamentarios. Davies, que había ganado su escaño en 2015 tras el hundimiento de los Liberal-Demócratas (LD) -socios de coalición del ex primer ministro 'tory' David Cameron entre 2010 y 2015- intentará recuperarlo. Pero esta vez no será tan fácil.

Su principal problema es la notable recuperación de los LD, el tercer partido británico, tras cuatro años de travesía en el desierto. Su hundimiento en 2015 -del 23% al 8%- tras los duros años de coalición casi se ha cerrado en las encuestas gracias a su reencarnación como los mayores enemigos del Brexit. En parte, su regreso se debe a la ayuda de los laboristas, que se resisten a enfundarse en la bandera europea y les han dejado presentarse como los más proeuropeos, robando a los votantes más moderados de los laboristas y los 'tories'.

Y en Brecon es donde esperan dar su primer paso en el camino a su recuperación electoral. Para ello no se han dejado nada en la recámara: la candidata al escaño es la líder del partido en Gales, Jane Dodds, que apela a la regeneración y a evitar un Brexit sin acuerdo frente al conservador Davies, condenado por corrupción y defensor de la salida más dura de la UE.

La batalla se ha convertido también en una pelea en la distancia entre el nuevo primer ministro y flamante líder 'Tory', Boris Johnson, y la nueva líder liberal, Jo Swinson, que aspira a liderar la oposición al Brexit ante los titubeos del laborista Jeremy Corbyn. Electoralmente, Johnson corre peligro si se confirma una fuerte subida liberal: en el conservador sur de Inglaterra, los laboristas son una fuerza marginal y solo los LD pueden plantar cara a los 'tories'. Su recuperación puede poner en juego hasta un centenar de escaños que ahora ocupa el Gobierno.

Perder este diputado podría ser la diferencia entre la victoria o la derrota en una moción de censura

Pero su problema no es solo a futuro: el exiguo margen parlamentario de Johnson y las divisiones dentro de su propio partido hacen que cada escaño valga su peso en oro hasta las siguientes elecciones generales. Con apenas dos votos de margen (y eso si no hay rebeldes entre sus filas), perder este diputado podría ser la diferencia entre la victoria o la derrota en una moción de censura, el 'botón nuclear' que le queda a los parlamentarios para evitar un Brexit duro en el peor de los escenarios.

Por ello, Boris está haciendo campaña pidiendo a los votantes que quieran la versión más radical que apoyen a su candidato, Davies, en vez de al Partido del Brexit del populista Nigel Farage, que también presenta candidato. En la última encuesta para esta elección, los 'tories' tienen un 28% de intención de voto y los 'brexiters', un 20%. Enfrente, los otros partidos proeuropeos -los Verdes y los nacionalistas galeses- han retirado sus candidaturas y anunciado su apoyo a Dodds, que suma un 43% en el sondeo. La división del voto antieuropeo puede dar un triunfo inesperado a los liberales y poner en grave peligro a Johnson en la misma semana en la que empezó a dormir en Downing Street.

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