
La ansiada vuelta a la normalidad empieza a asomar tímidamente. El inicio del "curso escolar" coincide este año con el regreso de muchas personas a la oficina. Y es que el teletrabajo, que parecía haber venido para quedarse y se había institucionalizado en algunas empresas, comienza a dar paso a la presencialidad.
Según un estudio del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi), en España el porcentaje de ocupados que trabajaban desde casa más de la mitad de los días en el tercer trimestre de este año era del 8%, la cifra más baja desde que se inició el confinamiento. Es más, a fecha de hoy, ocho de cada diez empresas están recuperando la actividad presencial tras la vuelta de las vacaciones.
No obstante, el aprendizaje de estos meses se ha traducido en una evolución del modelo tradicional hacia un formato híbrido en el que se alterna el trabajo a distancia con las jornadas presenciales. Un avance que, lógicamente, tiene una importante repercusión en la salud del mercado de oficinas, un sector que se vio castigado durante los meses de confinamiento y restricciones, y que ahora respira aliviado ante una inminente recuperación, aunque con ajustes de precios.
Dichos ajustes, tal y como señala el Instituto de Valoraciones, van a estar condicionados por el ritmo de la recuperación económica; así como por el aumento del parque de oficinas disponible motivado no solo por estos meses de teletrabajo, sino también por la nueva oferta inmobiliaria que se está generando en grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
A pesar de ello, el regreso de la normalidad indica que las oficinas se posicionarán en 2022 como uno de los activos más atractivos para los inversores a nivel mundial, junto a los sectores logístico y residencial. Los datos apuntan a que las empresas de tecnología pueden situarse a la cabeza del alquiler en este segmento, con una mayor actividad que en 2019, mientras que la rentabilidad de los inmuebles prime parece que se mantendrá en gran medida estable.
Si nos atenemos a la demanda registrada en los primeros meses del año, el centro de las ciudades atesora los activos más deseados: muchas compañías reivindican la localización de su sede como un factor que contribuye a su reputación.
Nuevos formatos de oficina
Al mismo tiempo, el mercado de oficinas también se enfrenta ahora a grandes retos, dados la necesidad de cumplir con todas las medidas de seguridad e higiene para garantizar la salud y bienestar de los empleados, y el avance de nuevos formatos y dinámicas de colaboración.
Como señalan en The Adecco Group, una compañía de recursos humanos, "la oficina funcional tradicional va a dar paso a un espacio de trabajo diseñado para la interacción social, la colaboración y la forja de relaciones": mayor distancia entre las mesas, puestos rotatorios o salas individuales donde poder mantener reuniones virtuales.
Así, estas nuevas oficinas, junto a los espacios de coworking, las llamadas oficinas o mesas calientes y otros modelos de trabajo más orientados a entornos colaborativos comienzan a configurar un nuevo concepto de entorno laboral. Contratos más cortos y flexibles, que permiten a las empresas aumentar o disminuir la duración del tiempo de alquiler e incluso los metros cuadrados disponibles, son otra de las tendencias que toman posiciones.
En esta línea se ha desarrollado The Haus, uno de los últimos proyectos de crowdfunding inmobiliario impulsado por Urbanitae que está dirigido a la transformación y posterior venta de un espacio de oficinas en Barcelona. The Haus es un centro de trabajo híbrido especialmente diseñado para el talento digital, cuya financiación contó con el respaldo de 665 pequeños y medianos inversores que aportaron en total 2,09 millones de euros.
En definitiva, nos encontramos en un nuevo escenario que plantea la necesidad de renovar las fórmulas hasta hace poco vigentes y adaptarlas para atender una nueva demanda que exige entornos más flexibles, fácilmente escalables y diseñados para reconquistar a unos trabajadores que, a consecuencia de la pandemia, se han vuelto mucho más exigentes.