
International Workplace Group (IWG), la multinacional inglesa de espacios de trabajo flexible, sabe bien cómo funciona el mercado español. Está presente en el país desde hace casi tres décadas y ya cuenta con 55 centros repartidos en 16 ciudades, entre ellas Madrid, Barcelona, Alicante, Bilbao, Zaragoza o Sevilla. En total, suma más de 105.000 m2 operando bajo las marcas Spaces, Regus y HQ.
Al frente de la compañía en España está Philippe Jiménez, quien ha dirigido y presenciado en primera línea la evolución obligada del sector. Cree que la pandemia ha acelerado una década los cambios en el segmento de los espacios de trabajo flexible y confirma que las grandes corporaciones están liderando la actual demanda. El experto explica a elEconomista cuáles son los planes de la compañía en los próximos meses y los retos a los que se enfrenta el sector. Los espacios de trabajo de IWG están presentes en 120 países y asiste a 2,5 millones de usuarios.
¿Cómo han evolucionado por dentro los espacios de trabajo flexible en el último año y medio?
Las políticas corporativas de las empresas están favoreciendo una mayor flexibilidad para sus empleados debido al aumento del trabajo en remoto durante el último año. Esto repercute positivamente en el equilibrio laboral y personal de los usuarios, migrando hacia un modelo híbrido y más descentralizado. Nuestros centros están en constante evolución, adaptándose a las necesidades de los consumidores. Cada una de las marcas de IWG tiene el objetivo de fomentar la creatividad, productividad, comunidad corporativa, networking y mucho más, con espacios que estimulen cada uno de estos aspectos.
Todo ello con reducción obligada de aforo...
En el último año tuvimos que adaptarnos a las medidas impuestas para contener la pandemia, reduciendo aforos, pero sin perder la esencia de nuestros centros. Pese a eso, buscamos mantener los aspectos positivos que diferencian a nuestros centros, en cuanto a diseño trabajamos con muchos proveedores habituales cuyo catálogo se identifica con la filosofía de las diferentes marcas de oficinas de IWG. Incorporamos y mantenemos con fidelidad nuevos proveedores europeos a nuestro repertorio para que los centros de coworking de todo el mundo tengan un estilo similar. Ello nos permite adaptarnos al cliente y ofrecerle un servicio personalizado de alta calidad, rápido, industrial y homogéneo, sea en Milán o en Dakar.
¿Ha cambiado el perfil de los usuarios de IWG?
Ya no hay perfil del ocupante. La explosión de los espacios flexible y la implementación del trabajo híbrido han provocado que ya no exista un perfil concreto del ocupante. Esto está ocurriendo en todo el mundo. La demanda está liderada ahora por las empresas corporativas, sobre todo porque tiene un dilema: cómo hacer que la gente regrese a la oficina y cómo ser productivos. Hay de todo, pequeñas y grandes empresas, autónomos...El Covid-19 ha acelerado una década de cambio los espacios de trabajo flexibles. Antes de la crisis hubo un crecimiento exponencial, pero con un margen de crecimiento abismal. Las oficinas de trabajo flexible suponían entre el 2% y 3% de la cartera inmobiliaria de las grandes empresas en Madrid y Barcelona, una cifra que se ha elevado hasta el 30% y 40%.
¿El modelo de trabajo híbrido se va a consolidar en España?
Desde luego. Hay muy pocos argumentos para echar abajo la estrategia de una empresa que quiere disminuir la emisión de gases, fomentar el bienestar de las personas y el rendimiento económico de la empresa. Además, la reducción de costes es muy importante, no hay duda. Contra esto hay poco que decir. Tener una oficina central es elemental, ya que allí se pueden celebrar reuniones y también ofrece acceso a tecnologías. Sin embargo, también es necesario tener centros satélites. El trabajo se podrá efectuar desde cualquier sitio.
¿En qué nivel se encuentra de la demanda de espacios de trabajo flexible de IWG?
La demanda y las visitas son ligeramente superiores a las de septiembre de 20219 en todos los centros de IWG en Europa. Es un dato muy alentador, hay una nueva realidad que es la de regresar a las oficinas y hacerlo en espacios flexibles debido a la implantación del trabajo híbrido. Por ejemplo, el centro Spaces de Azca se abrió en junio y ya está al 100%, mientras que el centro de Recoletos ya está lleno, al igual que el centro de Gijón. Hemos tomado el riesgo de seguir con nuestro plan de apertura y crecimiento durante la pandemia, sobre todo en provincias, que es mucho más complicado abrir provincias.
Precisamente, una de sus grandes apuestas es crecer más allá de las grandes ciudades...
Estamos haciendo una gran labor de descentralización, nos lo hemos marcado como reto, que aportará grandes ventajas a las empresas y a las personas. Carece de sentido que el talento se desplace forzosamente a las grandes capitales para crecer y encontrar empleo. Nuestros espacios permiten que las personas puedan trabajar desde cualquier sitio, y eso supone un gran ahorro en capital, en tiempo, en energía y en esfuerzo. De igual forma, las mayores fortalezas de las oficinas de trabajo flexible es que suponen un beneficio para todos los implicados: desde los propios empresarios, a sus trabajadores y nuestro planeta, ya que reduce los desplazamientos y por ende la huella de carbono.
¿Cuáles son los planes de inversión de la compañía en España a medio plazo?
Nuestra apuesta por el mercado español lleva 30 años en constante expansión, enfocados en estar presentes en todas las capitales de provincia y demás ciudades de aquí a 2030. Nuestro objetivo es acercar el trabajo a los profesionales a través de espacios de trabajo flexible que dispongan de todos los servicios necesarios para poder llevar a cabo sus labores profesionales. Al iniciar el 2021 nos propusimos el desarrollo y puesta en marcha de hasta 30.000 m2 de espacios de trabajo flexible en ciudades como Madrid, Barcelona, Alicante, Zaragoza, Oviedo y localidades de la periferia, y justo es eso lo que hemos estado haciendo. Hemos abierto este año 22.500m2 y hemos iniciado obras en otros 22.500m2. En Barcelona, por ejemplo, hemos abierto el Spaces Mas de Roda y Spaces Gran Vía; En Madrid inauguramos Spaces Campo de las Naciones, Spaces Recoletos, Spaces Azca, y Regus Alicante, el primero de dicha ciudad.
También ha desembarcado por primera vez en España la marca HQ...
Sí. Hace tan solo una semana abrimos el centro de coworking bajo la marca HQ en Las Rozas, Madrid. Cuenta con cerca de 800 m2 de superficie bruta alquilable, lo que le permite ofrecer hasta 120 puestos de trabajo. Además, dispone de tres espacios de reuniones y otras tres salas pensadas para ofrecer cursos de formación. En total, ha supuesto una inversión inicial de 450.000 euros.
¿Entra en los planes de IWG crecer a través de la adquisición de competidores?
La expansión de IWG va de la mano de inversión propia y de un programa global de franquiciados que está en marcha en varios países en los que tenemos presencia. De hecho, recientemente hemos anunciado que a principios del próximo año abriremos el primer centro franquiciado de España, junto con el inversor y empresario asturiano Inaciu Suarez Echevarria, quien cuenta con más de 20 años de experiencia en diversos sectores y, ahora, apuesta por espacios de coworking. La franquicia está firmada bajo el nombre de Regus Mendizabal 1, y estará ubicada en uno de los edificios más emblemáticos de la capital de Asturias, Oviedo, concretamente en el inmueble de la calle Mendizábal, antigua sede del Banco Asturiano.
¿Las medidas implementadas a casua de la crisis se van a mantener más allá de la pandemia?
No todas las medidas. Nosotros no hemos rebajado ninguna en materia sanitaria, pero en el futuro sí se va a flexibilizar todo este tema. Los espacios de oficinas incluyen 1,5 metros de distancia entre usuarios, pero es lógico pensar que a medida que se vaya relajando la incidencia de la pandemia que haya cambios.
¿Terminarán desapareciendo las oficinas tradicionales tal y como las conocemos ahora?
No desaparecerán, pero nos movemos cada vez más a un formato híbrido que combina días en la oficina, en casa y en coworkings. Desde hace tiempo, en la mayoría de empresas y grandes corporaciones se calcula que cerca de un 50% del espacio no se llega a utilizar, incluso antes de la pandemia ya se hablaba de este fenómeno. Si pensamos en el futuro del coworking, con sus posibilidades versátiles de espacios flexibles, ofrece la mejor solución para rebajar costes sin perder calidad, y con el valor añadido que supone el acceso a la tecnología y la innovación más avanzadas. Los espacios de IWG suman de forma positiva a estas realidades laborales y al mañana, dando libertad al usuario y brindándole espacios que promuevan la creatividad y la comunidad en cualquier parte del mundo.
¿En qué punto de recuperación se encuentra el mercado español frente a otros países europeos?
Si echamos la vista diez años atrás observamos que el coworking ha tenido un gran desarrollo en España, pese a las adversidades surgidas por la pandemia. Según un reciente estudio elaborado por TeamViewer, multinacional alemana de conectividad remota, España es uno de los tres países de Europa con mayor apuesta por la digitalización de los trabajadores sin lugar fijo de trabajo, junto con Italia y Polonia, lo cual implica que los trabajadores dan gran importancia a la influencia de las tecnologías y las mega-tendencias digitales del futuro en su profesión. Para nosotros, la digitalización y flexibilidad es clave, al permitir que los trabajadores tengan la posibilidad de combinar su lugar de trabajo en centros de coworking, en casa y sedes corporativas.
¿Qué importancia tiene el sector de las oficinas en la reactivación de la actividad laboral?
Los espacios de trabajo flexible son el aliado estratégico de pequeñas y grandes empresas, autónomos o startups. Ofrecen a los trabajadores la posibilidad de trabajar en un ambiente seguro y adaptado para suplir todas las necesidades de los tiempos actuales. Además, una de las mayores fortalezas de las oficinas de trabajo flexible es que suponen un beneficio para todos los implicados: desde los propios empresarios, a sus trabajadores y nuestro planeta, ya que reduce los desplazamientos y por ende la huella de carbono. Y por último, los espacios de trabajo flexible también se pueden percibir como una oportunidad para algunos colectivos que han podido estar más castigaos por el paro. Ya no tienen que realizar desplazamientos lejanos o incluso cambiar de ciudad para trabajar, dado que podrán hacerlo desde un coworking cerca de su domicilio.