
En el debate sobre el modelo de gobernanza del aeropuerto de El Prat, se suele pasar por alto que la Generalitat de Cataluña ya gestiona no una, sino tres infraestructuras aéreas... y con escaso éxito.
La empresa pública Aeroports de Catalunya opera los aeropuertos de Lleida-Alguaire y Andorra-La Seu, además del aeródromo de la Cerdanya mediante un convenio con el Consejo Rector de la Cerdanya, titular de estas instalaciones. Adicionalmente, también presta servicio técnico a helipuertos y otras infraestructuras aeronáuticas que sean titularidad de la Consejería de Territorio. Según el último informe anual disponible, correspondiente al ejercicio 2023, el ente público hundió aún más sus pérdidas ese año hasta cosechar un roto superior a los dos millones. En 2022, el resultado del ejercicio arrojó unos números rojos de 61.000 euros. A petición de este medio, Territorio no ha compartido las cifras económicas para el año 2024.

Alguaire, La Seu y la Cerdanya tienen una actividad mucho más modesta que el gran aeropuerto barcelonés debido a sus dimensiones reducidas. Además, enfocan su tráfico hacia los vuelos no comerciales. Entre las pocas excepciones se hallan las conexiones de Air Nostrum entre La Seu y Palma de Mallorca y Madrid, respectivamente. Hay que tener en cuenta que la población leridana se halla a poco más de 26 kilómetros de Andorra la Vella, capital del enclave pirenaico, por lo que en la práctica estos trayectos sirven más al país transfronterizo que a la población local.
Por otro lado, las tres instalaciones gestionadas por la administración catalana ofrecen servicios especializados como vuelos de formación para futuros pilotos —Alguaire cuenta con los centros privados CESDA y BAA Training, y también acoge las pruebas de aerolíneas como Volotea y Vueling—y un entorno para la nueva movilidad aérea, con una apuesta por los drones.
En 2023, este conjunto de actividades reportó a la empresa pública un importe neto de negocio de casi 660.000 euros, por encima de los 533.000 euros anotados en el curso inmediatamente anterior. Sin embargo, el grueso del giro procedió de los ingresos de explotación (8,4 millones en 2023). En este capítulo se incluyen las transferencias corrientes que la Generalitat realiza anualmente con objeto de "financiar los gastos generales de explotación de la entidad, con excepción de las dotaciones a las amortizaciones, las provisiones y los resultados por bajas de inmovilizado". En este apartado también se computan otras vías de ingresos frutos de convenios o patrocinios con administraciones públicas. Descontando estas transferencias periódicas, el negocio ordinario de estos tres activos aeronáuticos se antoja insuficiente para rentabilizar las pistas y cubrir siquiera el gasto en personal, que en 2023 ascendió a 1,3 millones de euros.
Recuperación de la actividad
Con todo, las instalaciones de Aeroports de Catalunya han revitalizado tanto sus cifras de pasajeros como de operativa en 2024 [ver gráfico superior]. Así, el movimiento de usuarios creció al cierre del año pasado hasta los 55.852, por encima de la cifra de 52.381 registrada en 2021 y tras dos cursos consecutivos de pérdida de pasaje. Respecto a las operaciones, en 2024 se contabilizaron 42.384, más que en los dos años anteriores, si bien todavía por debajo de la marca de 2021.
El mayor crecimiento en ambas magnitudes se lo lleva el aeropuerto de Alguaire. Cuando se inauguró en 2010, la infraestructura pretendía plasmar la capacidad de la Generalitat de gestionar sus propias instalaciones aéreas. La administración autonómica invirtió cerca de 100 millones de euros en su primer aeropuerto impulsado desde Cataluña. Con todo, el proyecto nació maldito: inicialmente, la forma de gestión prevista era privada, a través de una concesión, pero ningún operador quiso hacerse cargo del complejo. El concurso quedó desierto y, por tanto, Aeroports asumió la gestión directa que conserva desde entonces.
Exigencias de ERC y 'Junts'
En este contexto, las pretensiones de ERC y Junts de ceder a la Generalitat la gobernanza de El Prat, gestionada por el Estado a través de Aena (donde posee el 51%), despiertan interrogantes. La Generalitat de Cataluña no ha sido capaz hasta la fecha de encontrar un modelo de negocio que garantice la explotación rentable de los activos aeronáuticos que opera en exclusiva.
Por contra, el aeropuerto barcelonés es un ejemplo de éxito, hasta el punto de que el plan de ampliación de la tercera pista impulsado por el Govern responde a las necesidades de ensanchar una infraestructura que ya ha alcanzado su límite técnico de capacidad.
El president Salvador Illa solo se ha abierto a buscar fórmulas de cogobernanza que respeten el marco normativo vigente. Sin embargo, el PSC está atado por un compromiso incluido en el pacto de investidura con ERC para conseguir más influencia de Cataluña en la gestión de El Prat.