Ochenta y un años de historia de Abengoa se resuelven esta semana en medio de una guerra entre la matriz y su filial Abenewco1. Con alternativas que van desde un rescate de la Sepi para las filiales, la vía del concurso de la matriz o, en el peor de los casos, la liquidación. Hoy lunes se reúne el Consejo de Ministros sin que haya trascendido la resolución final de la Sepi al rescate de 249 millones de euros solicitado hace más de un año.
Si hay rescate, la filial Abenewco1, a través de cuyas sociedades operativas se recibe el dinero, activaría un plan de viabilidad que contempla además de los 249 millones de Sepi la entrada del fondo americano Terramar con otros 200 millones (con los que se haría con el 70% de Abenewco1) y 300 millones en avales. La oferta de Terramar está vinculada al rescate.
Si no hay rescate cobra fuerza la vía del concurso de la matriz, Abengoa SA. Presentará convenio antes del 1 de julio, con importantes quitas a los acreedores. Se confía en conseguir avales y en que entre dinero nuevo por una ampliación de capital. Los acreedores pueden conveniar hasta el 30 de septiembre.
Los acreedores han dado ya hasta este jueves, aplazando vencimientos. A partir de ese día podrían pedir concurso y liquidación.
Malas perspectivas
La semana pasada la sociedad estatal denegó el rescate a la empresa, que presentó alegaciones. Los informes externos encargados por la Sepi a PKF y a Grant Thorton han constatado que la empresa es viable por su actividad, pero el primero advierte sobre la incidencia de los asuntos jurídicos pendientes de las filiales beneficiarias del dinero, unos pleitos que no tienen que ver con accionistas o acreedores, sino con desacuerdos en contratos, ejecución de trabajos o de cuestiones de carácter laboral.
Sepi no ha dado una respuesta definitiva, al menos que haya trascendido al cierre de esta edición. Aunque pocos apuestan ya porque finalmente haya rescate. Pero si concede el dinero, es preceptivo que vaya al Consejo de Ministros. Y el de hoy es el último antes del 30 de junio, línea roja temporal para multinacional.
La presión es grande. Hay 11.000 empleos en juego. Varios representantes de los trabajadores están encerrados en la Sepi en Madrid. Otros están encerrados en la central de Sevilla. La patronal andaluza, CEA, emitió el viernes un comunicado reclamando el "máximo esfuerzo" para salvar a Abengoa, y calificando su posible pérdida como "un fuerte revés para Andalucía y España", toda vez que la empresa, con mil millones de facturación anual y un Edbita de 160 millones es viable.
500 millones para el Estado
Los comités de empresa de Abengoa Agua, Abengoa Energía, Solúcar, Inabensa y Abenewco1 CPA, sociedades derivadas de Abengoa, alertaron ayer de que las arcas estatales sufrirán un "impacto de aproximadamente 500 millones de euros" si la Sepi no concede el rescate y la empresa va a la quiebra.
En ese cálculo figuran por ejemplo 157 millones de euros de la "ejecución de los avales garantizados" por Cesce, 80 millones de euros por la "imposibilidad de repago" de cuantías a la Seguridad Social y la Hacienda Pública o la desaparición de "ingresos para el Estado derivados de IVA e impuesto de sociedades por importe de 67 millones" al año.
Enorme tensión
Ayer los trabajadores se manifestaron en la sede de Palmas altas y hoy mantienen las medidas de presión. "Los trabajadores del Grupo Abenewco1, sus acreedores, socios, accionistas y 'stakeholders', así como la Sociedad sevillana, andaluza y española, no entenderían que un Gobierno social como el actual dejará atrás a 16.000 familias (entre empleos directos e indirectos) y que con dinero de Europa no se rescate a una empresa líder mundial" en muchas de sus actividades.
La tensión interna es enorme en el grupo. El presidente de Abengoa, Clemente Fernández, asegura que el presidente de la filial Abenewco1, Juan Pablo López-Bravo, "se puso" 800.000 euros 9 días después de solicitar el concurso de Abengoa. Parte de la plantilla, fundamentalmente los comités de las empresas operativas que aspiran al rescate, es favorable a López Bravo, y ataca duramente a Clemente Fernández, que representa a pequeños accionistas. Han llegado a pedir al administrador concursal que cese a Fernández.