Industria

Trump promete que su Cúpula Dorada estará lista en 3 años: un escudo antimisiles para proteger a todo EEUU en un proyecto que emula a Reagan

Donald Trump anunciando este martes los avances de la Cúpula Dorada en la Casa Blanca / Reuters.

"Completaremos el trabajo que el presidente Reagan comenzó hace 40 años". El presidente de EEUU, Donald Trump, está dispuesto a continuar la mayor extravagancia de Ronald Reagan y por ello quiere que su Cúpula Dorada, un programa a imitación del sistema de defensa antimisiles de Israel, esté listo en tres años. El problema al que se enfrenta el republicano es el mismo que tuvo Reagan en los 80: a falta de viabilidad técnica y un coste disparado para un programa militar que no acaba de estar claro si es técnicamente posible. El actual presidente estadounidense anunció este martes que el coste completo será de 175.000 millones de dólares. Estimaciones independientes, incluida la Oficina Presupuestaria del Congreso, elevan el coste al triple y plantean un plazo de, al menos, 20 años.

La promesa de Trump llega en un momento complicado, con un déficit público incontenible, el Fondo Monetario Internacional alertando del agujero de las cuentas públicas y las agencias de clasificación retirando la máxima nota crediticia a Estados Unidos. En este contexto, el presidente republicano quiere armar un proyecto defensivo que, más allá de regar de dinero a la industria militar estadounidense en programas cuestionables, tiene pocas certezas.

El proyecto Star Wars del siglo XXI

Ronald Reagan, expresidente de EEUU, propuso en 1983 un plan para que el Ejército estadounidense desarrollara una constelación de satélites equipados con armas láser. Llamado oficialmente Iniciativa de Defensa Estratégica y popularmente conocido como el proyecto Star Wars, la idea acabó guardándose en un cajón por su inviabilidad económica y tecnológica.

Cuando Trump llegó a la Casa Blanca por primera vez, resucitó parcialmente la idea. Fundó en 2019 una nueva agencia de defensa espacial para desarrollar sistemas de protección contra bombardeos nucleares. El organismo trata de diseñar tecnologías que permitan detener los misiles nucleares antes de que lleguen al objetivo: desde interceptores hipersónicos hasta una constelación de satélites de órbita baja.

Con la segunda victoria de neoyorquino, el magnate dobló la apuesta y anunció la creación de una Cúpula Dorada al estilo de la Cúpula de Hierro de Israel que protegería de ataques atómicos procedentes de cualquier país enemigo, como China y Rusia. Se conocen pocos detalles acerca del proyecto estadounidense. El sistema defensivo de Israel, la única referencia, consiste en una red de sistemas de seguimiento, láseres y misiles interceptores que son activados cuando se detecta un ataque aéreo enemigo de cohetes, drones o misiles. Los mensajes de Trump plantean que la cúpula estadounidense sea un programa más avanzado, capaz de derribar misiles balísticos intercontinentales.

Maná para la industria militar

Según recoge Bloomberg, el Congreso de EEUU ha planteado una partida de 20.000 millones de dólares para iniciar el programa. No está claro si la propuesta trumpista podrá convencer a los republicanos discordantes con las idas y venidas del magnate inmobiliario. El déficit público del país norteamericano está disparado y los intereses de la deuda ya representan un coste mayor que las partidas militares.

Una posibilidad que todavía no ha sido descartado es el desplazamiento de recursos entre divisiones del Ejército. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas, David Allvin, dijo en una entrevista el lunes que el presupuesto de su rama debe crecer para contener a China, incluso si eso equivale a mover recursos militares. Más allá de que Allvin quisiera 'barrer para casa' (estuvo en la presentación de Trump de la Cúpula Dorada), este tipo de comentarios abren la puerta a reasignaciones de servicios públicos, como la educación —departamento que Trump ha querido cercenar a nivel federal.

El ganador en esta jugada es la industria militar. Firmas como Boeing, Lockheed Martin o Northrop Grumman, especializadas en defensa aeroespacial, han mostrado interés por el proyecto, ya que lleva aparejado una lluvia de millones para desarrollarlo. Otras dos compañías que pueden formar parte son SpaceX, por los avances de la red de satélites de órbita baja, y la dupla Amazon-Blue Origin, que acaba de lanzar su propia constelación de aparatos.

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