
La atonía de la industria del acero se lleva por delante el 20% de las ventas de Acerinox por segundo año consecutivo. La cotizada española, que ya encogió su facturación un 24% en 2023 de 5.413 millones de euros, un 18% menos que los 6.608 millones del periodo comparable. Pese a ello, la organización logró mantener sus beneficios, que solo cayeron el 1%: de 228 millones de euros a 225 millones.
La firma que dirige Bernardo Velázquez hizo públicos este viernes sus resultados de la campaña 2024, un ejercicio marcado por la adquisición de Haynes International en Estados Unidos, la venta de la filial Bahru Stainless en Malasia y la firma del nuevo convenio colectivo en Acerinox Europa (Cádiz). En este ejercicio de transformación, la compañía dio un paso más para consolidarse en Norteamérica, pero no logró frenar la caída de sus principales métricas operativas.
De este modo, el descenso de las ventas fue incluso superior a la caída de la producción, que se encogió un 10% desde los 1.946 miles de toneladas a los 1.753 miles de toneladas. Así, el recorte no solo fue en volumen sino que también se produjo en precios debido a la caída del precio de las materias primas durante el ejercicio.
Con la rebaja de la facturación llegó la del ebitda. Pasó de 703 millones a 500 millones de euros, el 29% menos. Sin embargo, Acerinox logra igualar su beneficio gracias, entre otros motivos, al ingreso extraordinario por la ausencia de deterioros, habituales en años anteriores por Bahru Stainless.
Caída del negocio en las dos divisiones de Acerinox
La cotizada española tiene en su plan estratégico una apuesta por las aleaciones de alto rendimiento, más resistentes a los ciclos económicos que el acero inoxidable y de mayor valor añadido. En esta línea se enmarcan las adquisiciones de VDM Metals y Haynes International. No obstante, la división siguió la tónica general del grupo: redujo las ventas un 7% desde los 1.437 millones hasta 1.334 millones. El ebitda se redujo el 33% de 175 millones a 117 millones de euros. La filial se vio también afectada por el descenso del precio del níquel, de ahí la diferencia entre dos años operativamente similares.
Cabe destacar, eso sí, que Acerinox solo pudo consolidar un mes de ventas de Haynes International, por lo que es de esperar que la facturación vaya al alza durante todo 2025.
El negocio del acero inoxidable, afectado por la llegada de producto de Asia y la baja demanda, recortó el 21% las ventas, que pasaron de 5.195 millones a 4.100 millones. La firma perdió el 21% de ebitda al caer de 533 millones a 384 millones de euros.
Deuda y previsiones
A pesar de no contar con las ventas de Haynes durante todo el año, Acerinox sí se vio obligada a contabilizar su pasivo. Por ello, la deuda neta salta de 341 millones de euros a 1.120 millones. El alza también se produce por el pago de las obligaciones pendientes de Bahru Stainless antes de su venta. Sin operaciones extraordinarias, la cifra hubiera sido de 219 millones, dice la organización.
Con este panorama, la compañía augura una recuperación de la actividad a partir del mes de marzo. Con ello, el ebitda del primer trimestre de 2025 debería ser ligeramente superior al del último trimestre de 2024. Para empezar, por un descenso de los inventarios que deberían incentivar la demanda. Mientras, el mercado de aleaciones de alto rendimiento se mantiene estable pese a la debilidad del sector aeroespacial.
"La fortaleza de nuestra estrategia y las medidas que se están adoptando tendrán un reflejo rápido en nuestros resultados una vez se reactive la demanda", señaló la empresa.
Acerinox juega con una baza a su favor: el efecto de los aranceles de Trump al acero. Un gravamen del 25% a las importaciones, tanto chinas, pero también mexicanas y canadienses jugaría a su favor por la fuerte presencia industrial en el país con North American Stainless Steel. "Esperamos que las recientes medidas adoptadas por la administración norteamericana favorezcan la demanda", celebró.