Industria

¿Qué impacto económico tendrá la planta de baterías de Stellantis y CATL en Zaragoza?

La alianza entre Stellantis y CATL permitirá afianzar el sector de la automoción en Aragón, que supone el 6% del PIB y el 20,4% del empleo industrial. | Foto: Stellantis.
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Stellantis y CATL han anunciado hoy la instalación de la planta de baterías en Zaragoza con una inversión de hasta 4.100 millones de euros. Un proyecto que se irá ejecutando en varias fases y planes inversores con el objetivo de empezar a operar a finales de 2026. Su puesta en marcha tendrá un importante impacto tanto a nivel local como en España y en el sector de la automoción en Europa de forma generalizada, que se cifra en miles de euros de facturación y aportación al PIB, así como en miles de empleos estables y cualificados..

Actualmente, la automoción en Aragón supone el 6% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 30,4% del empleo total industrial en la comunidad. Además, concentra el 35% de total de las exportaciones. Tan solo en el año 2023 -último ejercicio del que se disponen de cifras globales-, el sector registró una facturación de 11.775 millones de euros. El empleo se situó en alrededor de 35.000 puestos de trabajo de los que cerca de 4.500 se corresponden con la planta de Stellantis en Figueruelas, en Zaragoza. Además, el sector suma más de 300 empresas con actividad relacionada con el segmento del automóvil.

Son cifras que se podrán apuntalar con esta nueva inversión de la planta de baterías con la que el sector sienta las bases de desarrollo tanto presentes como futuras no solo en Aragón, sino también en España que, actualmente, es el segundo país en fabricación de automóviles en España y el octavo en el mundo, según los datos facilitados por el Gobierno de Aragón.

Y, aunque el impacto económico es todavía difícil de cuantificar a falta de conocer todos los detalles de la planta de baterías, lo cierto es que sí se sabe ya que la inversión de hasta 4.100 millones de euros no va a ser la única que va a conllevar la construcción y puesta en marcha de esta gigafactoría. Inicialmente, se contempla una inversión adicional de 1.000 millones de euros en plantas de energía renovable para dar respuesta a las necesidades energéticas de la fabricación de la gigafactoría, que se estima que podría alcanzar hasta 50 GWh.

Son inversiones que van a aumentar el PIB de Aragón, aunque todavía no se ha confirmado el impacto que puede tener, si bien se calcula que serán miles de euros en facturación. También redundarán en las exportaciones -el 35% del total de la comunidad aragonesa se corresponde con la automoción-, además de en la balanza comercial por la distribución de las baterías a otras plantas de automoción.

Otro de sus impactos es la diversificación de la economía de Aragón dentro del propio sector de la automoción, inmerso en el proceso de reconversión por la transición hacia la movilidad eléctrica. Es un paso en el que las industrias del sector tienen que acometer más inversiones -han ejecutado 350 millones de euros en el último año en I+D+i-, y se pueden abrir a nuevos campos de la mano de la tecnología de baterías. De este modo, cabe la posibilidad de optar a la fabricación de piezas o componentes que precise la nueva planta. Es así una oportunidad para su propia reconversión o impulsar su crecimiento.

También se abren las puertas a más carga de trabajo en la propia planta de Figueruelas que, fruto de esta sinergia con CATL, podría fabricar algún modelo de coche de origen chino o con tecnología de China.

El impacto económico de la planta de baterías también se traducirá en términos de empleo. Aunque no hay cifras confirmadas, en la planta se prevé que se empleen entre 2.500 y 3.000 puestos de trabajo. A ellos, cabría sumar los vinculados con la construcción, puesta en marcha y mantenimiento de las plantas de energías renovables y en otras áreas vinculadas con la construcción de este proyecto, lo que añadiría miles de empleos.

Son puestos de trabajo estables y a largo plazo, además de ser de alta cualificación. De este modo, la economía de Aragón también se abre a nuevos perfiles profesionales centrados en la ingeniería, los materiales y la tecnología de baterías.

De hecho, la planta de baterías y todo el tejido auxiliar que se puede generar en torno a ella amplía horizontes de empleo, ya que sería posible asumir la pérdida de empleo en la fabricación del coche eléctrico, explican desde UGT FICA Aragón. Cabe recordar que Stellantis ha presentado un ERTE para su planta de Figueruelas, que comenzó a aplicarse en este mes de diciembre, además de suprimir el turno de noche por la caída de las ventas de vehículos.

Y, finalmente, tendrá un impacto económico-social, ya que la fábrica de baterías nace con el objetivo de ser neutra completamente. Aparte, contribuirá a la descarbonización del sector del transporte y a impulsar la movilidad eléctrica.

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