
La historia se repite en la factoría de Thyssenkrupp en Sagunto diez años después. Y no es sólo que la multinacional siderometalúrgica alemana haya anunciado otra vez el cierre de la planta de la antigua Galmed, que ya clausuró entre 2013 y 2016 con el despido de la mayoría de la plantilla. Es que además la compañía repite las alternativas que planteó entonces a los trabajadores.
Según ha informado la Generalitat Valenciana, la multinacional germana plantea ofrecer empleo en las plantas alemanas como solución para parte de los afectados. Esa fue una de la propuestas que transmitieron en una reunión telemática este jueves entre los representantes de ThyssenKrupp en Alemania con el conseller de Educación, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira, junto a la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, Nuria Montes.
Además de esa posibilidad para la recolocación de los 121 empleados de Galmed, según la Generalitat la empresa se comprometió a proporcionar formación a aquellos profesionales que necesiten un perfil laboral más adecuado a las necesidades de la gigafactoría que levantará otro grupo alemán, Volkswagen muy cerca de la planta cuyo cierre anunció.
Guión familiar
Lo cierto es que en 2013 ya aplicó esa medida y 60 de los 165 trabajadores de la factoría emigraron a Alemania para seguir trabajando en plantas del gigante alemán del acero, que también tiene otras filiales comerciales o de fabricación de escaleras mecánicas y fingers aeroportuarios en España. Un guión que tampoco parece muy novedoso y recuerda el "¡Vente a Alemania, Pepe!" de los años 60 y que popularizó el título de una película con Alfredo Landa de protagonista.
En la reunión los directivos de la empresa han reconocido que el cierre en Sagunto responde a una situación global que afecta a su modelo de negocio y han expresado "su disposición a colaborar con la Generalitat para explorar soluciones que no impliquen el cese definitivo de la actividad en Sagunto", según el Gobierno valenciano.
Como resultado de esta disposición conjunta, la Generalitat y la compañía alemana han acordado la inmediata creación de un grupo de trabajo para abordar "detalles técnicos" directamente con la empresa para avanzar en la búsqueda de una "solución consensuada". La multinacional también ha recalcado que el cierre no se producirá antes de un año.
La mala experiencia del conseller
Una situación que a los más veteranos de la empresa y del metal de Sagunto también les recordará lo sucedido en 2013, cuando el entonces conseller de Economía en la Generalitat gobernada entonces también por el PP, Máximo Buch, aseguró que el cierre no estaba decidido al 100%. De hecho, el entonces Gobierno autonómico y la multinacional acabaron de malas formas, ya que desde la Generalitat se aseguró que se habían presentado varias ofertas de compra de las instalaciones pero que el grupo las rechazó para evitar la entrada de competidores.
Unas tiranteces que se olvidaron en 2016 cuando la multinacional anunció su reapertura y el propio presidente valenciano entonces, Ximo Puig, visitó la sede en Alemania de la compañía y puso su regreso como símbolo de la reindustrialización valenciana. Entonces además de los 120 empleos directos se hablaba de otros 500 indirectos que hoy nadie menciona.
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