
En cuatro días empieza 2019. ¿Qué nos deparará? A cada uno algo diferente y, por eso, se le puede desear prosperidad. Pero colectivamente se pueden aventurar algunos pronósticos. El primero es que los tipos de interés americanos pueden subir, mientras parece que la debilitada economía europea dificultará esa subida al BCE. Los precios seguirán moderados, porque el petróleo no se encarecerá a pesar de los esfuerzos de sus productores -Rusia incluida- de reducir la producción, y las nuevas tecnologías aumentarán la productividad general de la economía reduciendo la inflación de costes. Son los pronósticos buenos.
Pero en España las últimas decisiones del Gobierno reducirán el crecimiento de la economía y, en consecuencia, la creación de trabajo. No solo por el aumento excesivo del SMI, también si se aprueban los Presupuestos propuestos por el Gobierno Sánchez con incremento de impuestos y un déficit superior (1,8% del PIB frente al 1,3% anteriormente pactado con la UE para ese año). El crecimiento del consumo derivado de los aumentos salariales se compensará a la baja al disminuir la creación de trabajo y la reducción de dinero en manos del sector privado que se desplaza a la Administración Pública, bajando la productividad. Si, además, se retrocede en la Reforma Laboral, algo anunciado, las empresas perderán competitividad y se debilitará el sector exterior que en los últimos años ha empujado el PIB con una balanza comercial favorable. El turismo, recuperados los competidores mediterráneos, que tienen precios menores, no será el motor de años pasados; el Gobierno lo llama: "desaceleración", pero es el inicio del declive y el fin del círculo virtuoso de 2013 a 2018 por la desaparición de los factores que lo empujaron.
En el plano político el pronóstico no es más halagüeño. Las mayorías absolutas políticas acabaron. Los nuevos gobiernos municipales y autonómicos serán de coalición y, en consecuencia, más inestables. Por ello el Presidente Sánchez intentará alargar al máximo su Gobierno, (¿hasta marzo de 2020?) ¿lo conseguirá? Los resultados de las andaluzas y el miedo a que se repitan a nivel nacional parecen haber reforzado la alianza de las fuerzas que aprobaron la moción de censura que lo llevó a la Presidencia. Pero como será evidente que Sánchez no repetirá, será un "pato cojo", como se denomina al presidente de EEUU, al final de su mandato. Por eso el PSOE estará convulso y eso es malo para la estabilidad política.
A la vista de todo eso lo del "próspero 2019" colectivo más parece un deseo que una convicción. Pero España resistirá.
Ya lo dijo Bismarck cuando le preguntaron por la nación más fuerte de Europa y contestó: "España, es tan fuerte que los españoles llevan dos siglos intentando destruirla y no lo consiguen".