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Previsiones y estadísticas en el inmobiliario

P ara cualquier analista siempre es una ardua tarea prever el futuro de un sector, pues son múltiples los factores a tener en cuenta y dejar fuera a uno de ellos podría conllevar que las perspectivas planteadas no se cumplieran. A esto hay que añadir la situación en la que se encuentra nuestro país en la actualidad, lo que añade dificultades adicionales.

España se encuentra en un contexto económico, que a priori debiera ser beneficioso para su recuperación: el bajo precio del petróleo y su repercusión en las materias primas, los bajos tipos de interés y el aumento del turismo, entre otros, son condicionantes perfectos para que la salida de la crisis fuera palpable en diferentes ámbitos de la sociedad. Sin embargo, como decíamos al principio, existen factores que no podemos prever y que provocan que las predicciones no se produzcan. ¿o alguien se imaginaba que tras el Brexit la compraventa de viviendas en Londres iba a crecer?

En nuestro sector, el inmobiliario, las previsiones sobre su situación son especialmente complicadas pues además de estos condicionantes, los factores económicos repercuten con dos años de retraso (el período que comprende desde la ejecución hasta la finalización del proyecto). Lo que ha provocado, que mientras algunos sectores, cuyo producto es más inmediato, se encontraban saliendo de la crisis, en el inmobiliario estábamos aún inmersos en ella.

Pero ¿qué ocurre cuándo a esos dos años de desajuste se le unen factores externos? El desajuste en estos casos puede provocar la paralización del sector, echando por tierra las previsiones favorables que ya se venían estimando.

Un claro ejemplo de este tipo de factores que repercuten al promotor son: la inseguridad jurídica: paralización de promociones que están pendientes de resolución por parte de los tribunales Supremo y la tramitación de licencias por parte de la Administración que en muchos casos se prolonga meses e incluso superan el año.

Ambos provocan retrasos y paralización de nuestra actividad, con su consiguiente aumento de costes y crecimiento del desempleo en el sector, así como un aumento de los precios de la vivienda. Por consiguiente, el impacto final lo sufre el comprador. La subida de precios en la vivienda puede generar la pérdida de perspectivas de futuro para los clientes al no poder acceder a las mismas, a la vez que aleja a los jóvenes de la posibilidad de tener su primer hogar. Un problema acuciante en nuestra sociedad.

Debemos trabajar conjuntamente para garantizar un futuro a las próximas generaciones. Para ello, desde nuestra asociación estamos trabajando conjuntamente con las Administraciones para que el impacto de estos factores sea el menor posible y no repercuta en el cliente final.

En el caso de la tramitación de licencias, hemos desarrollado un sistema que recortaría muy significativamente los plazos de concesión de las mismas. En la actualidad, estamos trabajando con Ayuntamientos para que se instaure dicho sistema en un corto periodo de tiempo.

Además, estas acciones nos permitirán minimizar la repercusión de los factores mencionados en las previsiones de nuestro sector, permitiendo que estas sean cada día más fiables, así podremos adaptar nuestras empresas a las tendencias que marca el mercado, garantizando un futuro prometedor a nuestro sector.

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